El amoniaco es un producto de limpieza que con un gran poder de desinfección. Además, es capaz de llegar a donde otros productos no alcanzan, ya que puede quitar manchas muy resistentes como las de grasa, sangre, hierba o zumo. Se puede utilizar para limpiar eficazmente moquetas y alfombras, además de tener usos farmacológicos e industriales. Sin embargo, este químico también tiene una cara negativa, pues es un producto muy fuerte, con un olor muy intenso, cuyos vapores pueden causar irritación de ojos y garganta. También conviene evitar el contacto con la piel. En cantidades grandes puede resultar gravemente tóxico con consecuencias fatales. Sin embargo, bien utilizado, puede ser un excelente aliado para la higiene del hogar.
10NO MEZCLAR
Para evitar estos efectos hay que utilizarlo disuelto en agua, con unos guantes de goma puestos y en zona bien ventiladas, preferiblemente con alguna ventana abierta. Otra precaución importantísima que hay tener presente es que el amoniaco nunca se debe mezclar con otro producto, ya que puede producirse una reacción química que emane gases muy tóxicos, incluso letales. Jamás deben usarse amoniaco y lejía juntos.
