La candidata del Partido Popular a las elecciones de Extremadura, María Guardiola, se ha sumado a ese grupo de «casadistas» que tanto habló durante la guerra interna del PP. Pese a la campaña «impecable» que está haciendo en su tierra, a ojos de fuentes del Partido Popular, lo cierto es que María Guardiola sigue con el San Benito de ser la «elegida en Extremadura de Teodoro García Egea», además de una abierta «casadista», claro. Guardiola goza del apoyo de Alberto Núñez Feijoo, pero supone un auténtico problema para el engranaje de un PP que está más federado que nunca. Especialmente por la mala relación que mantiene con ese bloque ayusista que apoyó desde el principio a la presidenta de la Comunidad de Madrid.
María Guardiola está buscando convertirse en una nueva referente feminista en el PP, pero no sabe que todavía tiene el sello de Teodoro García Egea, el exsecretario del Partido Popular que la colocó donde está. Había otras alternativas, pero la mano de Teodoro García Egea era lo suficientemente larga como para colocar en puestos clave a personas afines a un presidente del PP, Pablo Casado, entonces muy cuestionado a nivel interno. Mientras que Ayuso se está quitando de en medio a estos perfiles tan incómodos como el de Susana Pérez Quislant, en el poder por el mismo motivo que María Guardiola, Alberto Núñez Feijoo sigue dando respaldo a todos esos casadistas que ha visto cómo actuaron en momentos de tensión. Desde Javier Maroto hasta Cuca Gamarra, son decenas los altos cargos del PP que siguen donde están porque Casado les dio una oportunidad y Feijoo les ha mantenido.
María Guardiola quiere ser la Irene Montero de derechas. Algo así, tal y como cuentan fuentes de su entorno, es lo que está explotando esta candidata también con motivo del 8-M. Guardiola siempre tuvo miedo de que Feijoo no le diera el apoyo necesario precisamente por haber sido la elección personal del exsecretario general del PP, pero al final el presidente del partido le ha dado su total respaldo pese a las críticas internas que hay a todos esos populares que a día de hoy sobreviven en el partido pese a haber apoyado y apuñalado a Pablo Casado (políticamente, claro) a partes iguales. Guardiola, sin embargo, tendrá una candidatura tranquila.
LAS BUENAS ENCUESTAS, AYUDAN
Al igual que le ha pasado a José de la Uz, alcalde de Las Rozas, lo único que mantiene a flote a María Guardiola son las buenas encuestas que la mantienen a un empate técnico de Guillermo Fernández Vara, actual presidente de Extremadura. Las encuestas internas que manejan en el partido hablan de que hay una posibilidad real de obtener la presidencia, algo que ha dejado a Guardiola en una posición asegurada para presentarse a los comicios sin demasiados cuestionamientos internos. La idea es que gane o que gobierne con Vox, pero lo cierto es que estar a un solo escaño ha dado alas a un PP que se veía sin opciones.
María Guardiola maneja encuestas que le dan un empate técnico con Fernández Vara. El presidente de Extremadura sufre aún el desgaste de toda la legislatura y María Guardiola se ha aprovechado de esta ventaja que tiene el PP para enterrar su estela como «chica de Teodoro García Egea». El casadismo es hoy en día un problema para el partido en cualquier contexto que solo se puede enterrar con unas encuestas a favor. Ganar Extremadura es clave para el PP en cualquier contexto, pero más en uno en el que pueden arrebatarle al PSOE prácticamente todas las autonomías del país. Guardiola aguantará y Feijoo la apoyará, pero si pierde tendrá que atenerse a las consecuencias, cuentan desde el PP de Extremadura.