El 23 de febrero de 1981 quedará para siempre en la memoria de los españoles como el día en el que el Rey Juan Carlos frustró un golpe de estado. El golpe de estado, liderado por el teniente coronel Antonio Tejero Molina, fue un intento de derrocar al gobierno democrático recién instaurado en España.
El golpe de estado fue frustrado, pero el 23-F marcó un punto de inflexión en la historia de España. El golpe de estado demostró la fuerza de la democracia y el compromiso del Rey Juan Carlos con el sistema democrático. Desde entonces, España ha sido uno de los países más estables de Europa, y el Rey Juan Carlos ha sido una figura de liderazgo y un símbolo de la reconciliación entre los españoles.
3Exigir la salida de los guardias civiles armados

El 23 de febrero de 1981, un grupo de militares intentó dar un golpe de Estado en España. El golpe fue frustrado gracias a la intervención del Rey Juan Carlos I, quien se dirigió al Congreso de los Diputados para exigir la salida de los guardias civiles armados. En su discurso, el Rey recordó a los ciudadanos el compromiso de España con la democracia y la libertad.
Los militares, encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero, habían tomado el Congreso de los Diputados y habían amenazado con usar la fuerza para imponer un gobierno militar. El Rey, sin embargo, se negó a aceptar la situación y exigió que los militares salieran del Congreso.
Gracias al discurso del Rey Juan Carlos I, el golpe de Estado fue frustrado. El discurso del Rey fue una prueba de su compromiso con la democracia y la libertad de España. Su intervención fue clave para evitar un golpe de Estado y mantener la estabilidad del país.