La diputada Rocío de Meer asusta incluso a algunos dirigentes de Vox por «ser más de derechas» que el propio Santiago Abascal. La conocen y saben cuál es su perfil. El problema es que empieza a notarse en exceso en el seno del partido la división entre las dos facciones que hay en Vox. Rocío de Meer se ha hecho fuerte en el ala más «falangista» del partido, liderada entonces por Javier Ortega Smith y encabezada ahora por Jorge Buxadé con el apoyo de su mano derecha, Ignacio Garriga. Rocío de Meer ha entrado con fuerza en este equipo dejando aún más debilitado el ala de Iván Espinosa de los Monteros. Ese liberalismo más propio de los «Chicago boys» pierde fuerza en Vox mientras los comportamientos de diputadas como Rocío de Meer ganan fuerza incluso por la propia estructura del partido.
La diputada es de sobra conocida. Fue la que recibió presuntamente el golpe con una piedra en el País Vasco. Pero sobretodo se ha hecho popular en Vox por ser probablemente una de las parlamentarias más radicales que trufa su bancada. Es tal la popularidad de Rocío de Meer que muchos parlamentario de Vox tiemblan en cuanto se sube al atril para lanzar un discurso porque saben que se puede desmadrar y dar más titulares de los que querrían. Esta semana lo ha vuelto a hacer y lo que preocupa en Vox, especialmente en ese ala liberal que se marchita por momentos, ya no es solo que se le dé recorrido a Rocío de Meer, sino que la propia estructura mediática del partido y alguno de los parlamentarios utilizan las redes sociales para hacerse eco de los comentarios de esta polémica diputada.
Con esta sublime intervención de @MeerRocio damos por finalizado el #8M2023.
Sublime 👏🏻👏🏻👏🏻 pic.twitter.com/dgGN9f2AhN
— Tomás Rico ﻥ (@tomasrp3_) March 8, 2023
Rocío de Meer lanzó de nuevo otro discurso en la bancada que aunque no fue precisamente radical, sí que puso nervioso a más de uno. A ella le sonaba fantástico el discurso, pero puso lo pelos de punta en algunos sectores de la izquierda. En Vox se han planteado utilizar a Rocío de Meer como una especie de «anti-Irene Montero» el mismo 8-M pero con resultados bastante peliagudos. La realidad es que los discursos de la diputada de Vox no solo tensan a otros parlamentarios, sino que en el ala liberal de su propia formación empiezan a crispar los ánimos.
Jorge Buxadé, Rocío de Meer, Ignacio Garriga y algunos otros como Rosa Cuervas-Mons empiezan a ganar fuerza dentro de la formación frente a un Santiago Abascal que no quiere desgastar su figura política y a un Iván Espinosa de los Monteros completamente desactivado desde que Macarena Olona salió del partido por su «milagrosa» decisión de mandarla a Andalucía. El ala dura, calificada dentro de la propia formación como «falangista» y sensible con otros temas como la subida del salario mínimo, ha ganado tanta fuerza que ni la salida de Javier Ortega Smith ha servido para paliar el ascenso del grupo más duro de Vox.
El problema más mencionado por algunas fuentes de Vox aparte de la pelea entre las dos facciones y la inminente derrota de los «liberales» de Iván Espinosa de los Monteros es que Santiago Abascal se mantiene en una posición equidistante que comienza a no ser beneficiosa para la formación. Desde Vox se quejan de que Abascal no quiere tomar partido precisamente para no ahondar en estas diferencias tan conocidas por todos. Y ni su amistad con Iván Espinosa de los Monteros le sirve ahora para darle su apoyo en un momento en el que Jorge Buxadé lanza los discursos que considera al margen de la dirección del partido. Mientras tanto, nuevos perfiles ganan protagonismo con el apoyo mediático de los suyos, como es el caso de Rocío de Meer.