Pedro Sánchez quiere enviar a Antonio Hernando a Ferraz para que controle a Santos Cerdán

Antonio Hernando goza de nuevo de la confianza del presidente del Gobierno. Cuando llamó a quien fue portavoz del PSOE en el Congreso ni el propio Hernando se lo esperaba. Y ahora, tras meses sirviendo como uno de los miembros de la corte de Pedro Sánchez, parece que su futuro político se enfoca cada vez más hacia la gestión del partido. La idea que tiene el líder socialista es la de enviar a Antonio Hernando a Ferraz para que tome el control de la formación a nivel interno en un momento clave. La debilidad de Sánchez y las dudas en las encuestas ha llevado a socialistas como la expresidenta de Andalucía Susana Díaz a plantearse volver a irrumpir en la política. Y Sánchez lo quiere cortar con alguien que gestione lo que Santos Cerdán no ha sabido hacer hasta ahora.

El asesor de Sánchez forma parte de ese PSOE que el presidente del Gobierno quiso quitarse de encima cuando consiguió hacerse con el partido. Óscar López, su jefe de gabinete, así como Patxi López, también formó parte de ese PSOE que quedó enterrado durante años hasta que Pedro Sánchez quiso recuperarlo. A medida que pasa el tiempo, el jefe del Ejecutivo se empieza a dar cuenta de que la gestión del partido a nivel interno se le está yendo de las manos y sobretodo está entendiendo que la salida de José Luis Ábalos como secretario de Organización del PSOE no fue una buena idea dado que Santos Cerdán no ha sabido controlar la ejecutiva del partido. Con todo esto, desde Moncloa ya buscan dar una utilidad más eficiente a Antonio Hernando y quieren llevarlo de «niñera» de Santos Cerdán.

El asesor de Sánchez no fue alguien que se haya incrustado en la política de forma permanente. Supo sobrevivir fuera de ella y desde que Sánchez le llamó ha sabido hacerse un hueco dentro de la Moncloa. Que ahora suene con fuerza para llegar a gestionar el partido a nivel interno como una especie de secretario de Organización del secretario de Organización no ha llamado la atención dado que Santos Cerdán ha dado, según fuentes de Ferraz, bandazos en su comportamiento: o era especialmente contundente al más puro estilo de Ábalos o directamente se le han subido a las barbas. En este contexto, la llegada de Hernando unido a su experiencia alivia a un Sánchez que entiende que está perdiendo el control del partido en un momento clave.

La irrupción de Susana Díaz, expresidenta de Andalucía, en la política (o al menos su pretensión de hacerlo) ha puesto nervioso al presidente porque sabe que Díaz tiene el único objetivo de derrocarle y sabe que cuenta con el apoyo de cientos de socialistas que sienten que las siglas han perdido su valor desde que Sánchez impuso su rodillo. Esta tensión también ha ayudado a que Sánchez quiera apoyarse en políticos veteranos con experiencia en gestión interna para que le ayude a cohesionar el PSOE en torno a su figura. La mala noticia es para un Santos Cerdán que ha pasado de ser un revulsivo a directamente necesitar a ojos del presidente una «niñera» política que controle sus pasos.

Antonio Hernando tiene toda la intención de seguir en política y no dudó ni un minuto en volver junto al presidente del Gobierno tan pronto le llamó para que formara parte de su corte. Que le envíen a Ferraz para gestionar a nivel interno la formación es algo que le motiva y no hay ninguna fuente del PSOE que considere que Hernando va a rechazar este servicio. El único que puede recibir de mala gana esta noticia es Santos Cerdán, secretario de Organización del partido que ahora está en entredicho por no haber controlado una facción que se estructura en torno a Susana Díaz… otra vez.