La dictadura de Maduro se queja de que la Unión Europea debata sobre la crisis de refugiados venezolanos

Pese a los intentos de la dictadura de Nicolás Maduro de vender en el ámbito internacional la idea de que Venezuela se recuperó de la crisis política y económica que ha ocasionado la migración forzada de más de 7.1 millones de personas, las autoridades de la Unión Europea y Canadá se dieron cita en Bruselas para debatir sobre la situación de los refugiados venezolanos y la realidad de los países que están dando acogida a estas personas. Sin embargo, desde la Cancillería del régimen venezolano han emitido un comunicado en el cual rechazan que se utilice el tema migratorio con fines políticos.

Esta ha de ser otra de las ideas del canciller venezolano, Yván Gil, artífice de toda la estrategia de retomar las relaciones diplomáticas de la dictadura venezolana con países con los que se había mantenido desconectado en los últimos años, siempre y cuando no se le hagan críticas a la situación de Venezuela. En el comunicado emitido por la Cancillería venezolana rechazan la convocatoria y realización de Conferencia Internacional en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos y sus países y comunidades de acogida, que fue organizada por la Unión Europea y Canadá, en la que además participaron representantes del ACNUR y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

«Esta actividad, convocada con el objeto de rebuscar ingentes cantidades de dinero, además de ser un evento hostil contra nuestro país, es percibida como un espectáculo que solo sirve a los intereses mercantiles de algunos de sus participantes, quienes en convocatorias similares han administrado los recursos de manera opaca y sin ninguna rendición efectiva ante la opinión pública que intentan manipular», señaló el canciller venezolano en el comunicado que emitió, a nombre del régimen de Nicolás Maduro.

Ya desde el año pasado la Unión Europea había hecho un llamado a la comunidad internacional para que no se olvidara de esta crisis y que siguieran apoyando a los países de acogida de las regiones de América Latina y el Caribe, los cuales no escatiman esfuerzos por acoger e integrar a los refugiados y migrantes venezolanos en sus comunidades, economías y sociedades.

La idea de esta cumbre es darle seguimiento a las consecuencias que ha traído para los países que han acogido a los 7.1 millones de venezolanos que han tenido que huir de su país, forzados por la crisis económica y política originada por la dictadura de Nicolás Maduro, sobre todo en los países de América Latina que han acogido a la mayor cantidad de personas y que les ha tocado desarrollar políticas sociales que favorezcan a la integración de estos migrantes.

Según las cifras más recientes que han hecho publicas organizaciones como  Acnur, se estima que hasta ahora hay más de 7.1 millones de venezolanos desplazados, de los cuales 2.5 millones están instalados en Colombia y hay casi u millón en los países de la Unión Europea, de hecho, los venezolanos están llegando como migrantes a países a los que anteriormente

Tras esta reunión, la Unión Europea ha aprobado una ayuda de 75 millones de euros para atender la crisis de refugiados venezolanos y las comunidades que le dan acogida. Mientras tanto, Canadá como parte de los países que organizaron el encuentro, se comprometió a poner también otros 58 millones de dólares para cooperar con los países que han acogido a estos migrantes y permitir su integración social y cultural en los países que cooperen con esta labor.

Bruselas considera la crisis venezolana como una de las peores financiadas y, según explicó o el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, el interés de la UE es mantener el contacto con Venezuela para evitar un efecto contagio y más inestabilidad en la región sudamericana. «No podemos pasar por alto esta crisis, que, como cualquier otra, requiere en última instancia una solución política que aborde las causas profundas que empujan a la gente a abandonar sus hogares», señaló, defendiendo que la UE no es olvida de esta crisis.

Ante todo esto, el régimen de Maduro ha asegurado que esto constituye una politización de los organismos internacionales encargados de la migración, a quienes señalan de manipular las cifras de la migración venezolana. «La República Bolivariana de Venezuela exhorta al Sistema de Naciones Unidas y a sus países miembros a no dejarse embaucar en un nuevo plan de agresión contra nuestro país, y exige el cese inmediato de todas las Medidas Coercitivas Unilaterales, permitiendo el retorno voluntario y sin chantajes de nuestros connacionales a nuestra Patria, que hoy nuevamente se levanta próspera, libre, soberana e independiente», decía el comunicado de la Cancillería venezolana.