Malestar en el PSOE con Meritxell Batet: «Cobra más que un directivo del Santander»

Ni Rafael Simancas en sus mejores tiempos fue capaz de sacarle al Estado tanto dinero. Ahora mismo, el coste de la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, para todos los españoles probablemente sea el mayor de todos los funcionarios (o al menos uno de los mayores). La dirigente, a la que Pedro Sánchez pretende dar más protagonismo en esta legislatura que entra, se está despidiendo por todo lo alto. Cobra nada menos que 236.710 euros brutos al año, lo que supone, a grandes rasgos y sin tener en cuenta todas las circunstancias personales que la rodean, un sueldo mensual limpio de más de 11.000 euros al mes (en doce pagas). En el PSOE entienden que su buena relación con Pedro Sánchez le ha salido rentable, pero empiezan a despertar cierto malestar en Ferraz.

El sueldo de Meritxell Batet hay que sumarlo al de su pareja, Juan Carlos Campo, para ver que les ha ido bien con el PSOE. Uno es magistrado del Tribunal Constitucional y la otra presidenta del Congreso de los Diputados. El problema es que Meritxell Batet ha roto todos los récords con su salario incluso superando a los cargos más deseados de la administración pública como el de presidente de Paradores. Ni siquiera el presidente del Tribunal Supremo, Paco Marín, o el del Consejo General del Poder Judicial en funciones, Rafael Mozo, se aproximan a las ganancias de una presidenta del Congreso de los Diputados que cobra «como un directivo del Santander». Es la que se lleva el récord de toda la administración.

En Ferraz no siempre están de acuerdo con los pasos que da el presidente, pero sobretodo están molestos con algunas de las prebendas que suele dar a su gente de confianza. Que Meritxell Batet tenga esa retribución tan abultada ha levantado muchas críticas en el partido. También lo hizo Simancas cuando presentí un sueldo que superaba las seis cifras anuales. El problema es que Meritxell Batet ha roto todos los estándares y ya eso de la ejemplaridad ha quedado en un segundo plano. Todo esto se debe, según fuentes del partido, a que Sánchez tiene en buena estima a Batet y sobretodo la ha ayudado no solo con su salario sino recolocando a Juan Carlos Campo como magistrado del Tribunal Constitucional.

EL PSOE QUIERE A MERITXELL BATET EN PRIMERA LÍNEA

El PSOE confía cada vez en menos diputados. Al menos el equipo más estrecho de Pedro Sánchez. Sin embargo, hay quien en la sombra ha conseguido mantenerse en las quinielas sin levantar la voz más de la cuenta. Aún así, con la crisis de Gobierno a la vuelta de la esquina, son muchos los que creen que pasarán a primera línea de la política. En concreto, fuentes del PSOE aseguran que Meritxell Batet, presidenta del Congreso, será reciclada como ministra o incluso como vicepresidenta del Gobierno en enero. Pese a que no dejan de ser futuribles, queda claro que desde Moncloa valoran muy “positivamente” el perfil discreto que ha mantenido la socialista y entienden que necesitan a alguien con ese grado de lealtad para afrontar el último trecho de la legislatura. Y cuando hablan del reciclaje de Batet, no lo hacen fuera de un ministerio de Estado o de una vicepresidencia. Y eso que Juan Carlos Campo, su pareja, salió por la puerta de atrás en la anterior crisis de Gobierno pese al buen trabajo que hizo al frente del Ministerio de Justicia.

Cuando se habla de una vicepresidencia los socialistas entienden que será en sustitución de Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica. En la lista de los defenestrados por Sánchez y de los que están preparados para salir en enero, Teresa es de las más señaladas. Junto con ella, se habla de Margarita Robles, ministra de Defensa, o Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior. En esta dinámica es en la que colocan a Meritxell Batet. Fuentes del PSOE aseguran que goza de la total confianza de Moncloa y que el trabajo como presidenta del Congreso y el perfil bajo que ha mantenido en estos momentos ha gustado, y mucho, a Moncloa.