Ya llegó la primavera y con ella las campañas políticas que tiene a los partidos tirando de la creatividad. Podemos vuelve a tirar de los festivales para tratar de atraer a los votantes jóvenes y se inventó hacer uno en Zaragoza, donde la única cara conocida a la que enviarán será a Lilith Verstrynge, secretaria de Organización del partido morado, pero para acudir al encuentro hay que pagar entradas que llegan a costar hasta 40 euros.
En esta oportunidad el partido liderado por Ione Belarra convoca a sus seguidores a acudir los días 14 y 15 de abril al Festival de la Primavera 2023, que contará con la participación de Taty Almeida, figura del movimiento Madres de la Plaza de Mayo, de Argentina, la periodista y escritora Cristina Fallarás y la actriz María Botto, que estarán acompañadas de Verstrynge en la conferencia que lleva por título ¿Memorias Paralelas España mira a Argentina.
Quienes adquieran las entradas, que ya fueron puestas a la venta a través de una página web, podrán también asistir a los dos conciertos tendrán lugar esos dos días, en Parque del Agua en Zaragoza. Este evento forma parte de una serie que se realizarán en varias ciudades del país, como parte de la estrategia de campaña del partido morado, de cara a las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el próximo 28 de mayo.
No es la primera vez que Podemos recurre a este tipo de eventos, donde utilizan la música como cortina para atraer a jóvenes para colar uno que otro discurso reivindicativo y propagandista para tratar de convencerlos de la ideología que pregonan, sobre todo en estos momentos en los que están tan mal posicionados en las encuestas, debido a todos los escándalos en los que se han visto envueltas las ministras Ione Belarra e Irene Montero, a raíz de las leyes que han impulsado desde esta formación política.
A esta situación se le suma además toda la tensión que hay entre Podemos y la ministra de Trabajo Yolanda Díaz, quien está formando su propio movimiento político de izquierda y que les ha dado claras muestras de que los quiere dejar por fuera, a pesar de los ruegos lanzados por las líderes del partido, que piden a gritos que la líder de Sumar las acoja y les dé cabida en su proyecto, mediante un pacto de coalición en el que piden además que haya un proceso de primarias para que se escojan quiénes serán las figuras que tendrán un espacio garantizado en la formación de la vicepresidenta segunda de Gobierno.
Ya en otoño Podemos se organizó un festival similar, pero en la Universidad Complutense de Madrid, al que sí fueron convocados otros de los líderes del partido con más renombre, como Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, en el cual también cobraban hasta 40 euros por cada una de las entradas y que de fondo ofrecían, además de las charlas de adoctrinamiento, conciertos musicales para aderezar la cita.
Sin embargo, las tácticas que han empleado durante los últimos tres años no les han servido de mucho, pues la formación morada atraviesa uno de los momentos más grises desde su creación en 2014, pues de acuerdo con las encuestas, son cada vez menos los votantes que manifiestan sentir algún tipo de preferencia por el partido y son cada vez más los que manifiestan abiertamente el desencanto que les han ocasionado, todas las polémicas en las que se han visto envueltos los líderes del partido, que van desde investigaciones relacionadas con presuntos financiamientos fraudulentos provenientes de países con regímenes autoritarios, como el de Hugo Chávez en Venezuela, hasta los beneficios a los más de 700 agresores sexuales raíz de la entrada en vigor de la Ley del Sólo sí es sí, impulsada por la ministra de Igualdad, Irene Montero.
La realidad del partido morado es que atraviesa una profunda crisis de liderazgo, faltando tan poco tiempo para las elecciones municipales y autonómicas, pero el temor más grande es que se agrave la situación de aquí a noviembre, cuando se celebrarán las elecciones generales y que a menos que el PSOE obtenga una mayoría en la que los vaya a necesitar nuevamente como aliados para poder formar Gobierno, la tendrán muy complicada a la hora de obtener suficientes puestos en el Congreso de los Diputados.
No obstante, Podemos no se rinde y sigue tirando del bolsillo de sus seguidores para aprovechar lo que podrían ser sus últimos cartuchos dentro de la vida política española.