Marlaska quiere «un buen par de huevos» para los comedores de las cárceles

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, sigue apostando por cuidar de los presos de las cárceles españolas. Una preocupación que el ministro parece primar pr encima incluso de las necesidades básicas de los funcionarios de prisiones, que siguen viéndose «desprotegidos» por el departamento de Interior, mientras que Marlaska aprueba contratos gracias a los que los presos tienen accesos a productos de alta gama, como entrecot de vacuno. Ahora, el nuevo contrato realizado por Interior para las penitenciarias españolas, de casi seis millones de euros, dotará a las cárceles de productos «premium», como huevos de gran tamaño, nueces peladas, o frutas y verduras «al natural» de primera categoría.

A pocos meses de terminar la legislatura, Fernando Grande-Marlaska parece no haber encontrado aún la vía correcta para solucionar sus frentes abiertos dentro de la gestión de su departamento. Especialmente, en su relación con los agentes de la Guardia Civil, así como con los responsables de las penitenciarías españolas. Unas cárceles españolas que cuentan con unos funcionarios desbordados pero que, sin embargo, siguen recibiendo fuertes apuestas económicas desde el departamento de Marlaska. Unos gastos del Ministerio de Interior que parecen destinados a hacer que los presos puedan disfrutar de productos de alimentación de alta calidad durante su estancia en los centros penitenciarios nacionales.

Así pues, el Ministerio de Interior ha formalizado un contrato para el «suministro de materias primas para la alimentación de los centros penitenciarios dependientes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias» que costará a los españoles un total de 5.643.939 euros. Casi seis millones de euros, provenientes de las arcas públicas de los ciudadanos españoles, que irán destinados a proveer a las cárceles españolas de productos de primera calidad, tal y como destacan los documentos oficiales que, eso sí, muestran que el departamento de Marlaska ha priorizado la contratación de pequeñas y medianas empresas para este suministro.

HUEVOS XL Y NUECES PELADAS PARA LOS REOS

Tal y como recogen los documentos oficiales a los que ha tenido acceso este diario, algunos de los productos estipulados por el contrato del Ministerio de Interior para la contratación de este servicio son comunes en gran parte de los hogares españoles. Es el caso, por ejemplo, de las aceitunas; eso sí, este producto sencillo deberá ser «de categoría extra o primera», y será el centro penitenciario el que escoja si las prefiere «de la variedad verde o negra».

Más exquisitos son aún los requisitos estipulados para productos envasados como el caso del atún, cuyos componentes deberán ser «exclusivamente atún, aceite vegetal, sal y aditivos autorizados, habiendo ausencia de grasa animal». En el caso de las salchichas, deberán ser de «tipo Frankfurt», descartándose otro tipo de suministro de salchichas para los presos penitenciarios españoles.

Especificaciones que también se producen en el caso de las frutas y los frutos secos, debiendo ser todos ellos de primera calidad o «extra», detallando el ministerio de interior que las piezas que lleguen a los centros penitenciarios deben «presentarse enteras, sanas y limpias, así como exentas de humedad exterior anormal». Del mismo modo, las nueces deberán presentarse peladas, y con ingredientes «100%nueces». Detalles que también se producen en el caso de los huevos, que deberán de ser de gran tamaño para satisfacer las demandas «culinarias» de los reos al cargo del ministro de Interior.

LOS TRABAJADORES PENITENCIARIOS CARGAN CONTRA MARLASKA

Un «cuidado gourmet» por parte del departamento de Fernando Grande Marlaska a los presos que, sin embargo, parece no extenderse a los funcionarios de prisiones que están al cargo de estos centros. Y es que parece que, entre las funciones a llevar a cabo en su ministerio, Marlaska ha «olvidado» atender las necesidades de estos trabajadores públicos.

Trabajadores que, tal y como ha podido saber Moncloa.com, siguen lamentando las nefastas condiciones en las que tienen que realizar su trabajo, y las continuas agresiones que sufren por parte de los presos. Así pues, tal y como destacaban fuentes penitenciarias a este diario, los funcionarios de prisiones aseguran sufrir una agresión en su puesto de trabajo cada 26 horas. Inseguridad que se une a la vulnerabilidad de estos trabajadores, que siguen sin ser reconocidos como agentes de autoridad y, por tanto, siguen indefensos ante estos ataques.

Ataques que se siguen produciendo cada día en los centros penitenciarios españoles al cargo del Ministerio de Interior. Un departamento que, de la mano de Marlaska, parece preocuparse más por el bienestar de los presos que «residen» en estos centros, que por la salud y la tranquilidad de los trabajadores públicos que, día tras día, cuidan de que el país sea un lugar en el que estar a salvo.