La música forma parte de nosotros y puede que a más de uno se le haga imposible vivir sin ella. Nació, junto a otras expresiones artísticas, a la par que el ser humano. Y, aunque surgió como parte de rituales religiosos y como deleite, a día de hoy, no se sabe con certeza, debido a la falta de registros escritos, cuando se pasó del golpeteo rítmico a la melodía ni cómo se descubrió que cambiar la tonalidad de la voz podía variar el sonido. Solo se sabe qué instrumentos se utilizaban debido a restos hallados en excavaciones arqueológicas.
Los historiadores suponían que los primeros en utilizarse fueron los de percusión y para confeccionarlos usaban material que tenían a mano como piedras, madera o pieles pero su dificultad de conservación no permite identificarlos. Por este motivo los instrumentos más antiguos de los que tenemos conocimiento son los de viento, como los silbatos o flautas. No obstante, la primera forma de notación musical se encontró en una tableta cuneiforme en Nippur y data de 1400 a.C.