El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha alertado de los «retos globales de una escala sin precedentes» a los que se enfrenta la humanidad y ha asegurado que «nadie quiere la fragmentación económica ni la guerra» durante su discurso en el Foro de Boao para Asia (BFA), la primera parada en su visita de dos días a China.
«La humanidad se enfrenta a retos globales de una escala sin precedentes: el cambio climático, la pandemia y la brutal e ilegal agresión de Rusia contra Ucrania que está causando una enorme crisis humanitaria de alimentos y seguridad, inflación y un aumento de la deuda en un gran número de países vulnerables», ha denunciado.
Es la tercera visita diplomática internacional del presidente en la última semana, después del Consejo de Europa en Bruselas y la Cumbre Iberoamericana en República Dominicana, unas reuniones que ha afirmado tienen todas un hilo en común: «En menos de una semana me habré reunido con más de 40 líderes mundiales de tres continentes distintos. Y seré claro, en todas las conversaciones he escuchado el mismo anhelo de paz, estabilidad y prosperidad. Nadie quiere una fragmentación de la economía o la guerra».
El mandatario ha celebrado la «intensificación de los contactos diplomáticos de las autoridades chinas con líderes de todo el mundo», algo que «refleja un alto grado de responsabilidad» y que es la única solución a los retos globales actuales, ha asegurado.
«En este contexto, la comunidad internacional necesita jugadores constructivos y responsables, y eso es lo que España quiere ser. Para empezar, como un país abierto y de fiar, pero también como la próxima presidencia de la Unión Europea, siendo parte de la comunidad iberoamericana y siendo un miembro activo de todas las grandes organizaciones multilaterales», ha recalcado Sánchez.
«Hoy, más que nunca, la economía global necesita socios fiables en los que se pueda confiar. España es y continuará siendo uno de ellos», ha prometido.
Las relaciones entre Asia y Europa, ha asegurado, «no tienen por qué que ser confrontacionales», y ambos continentes deben centrarse en ser aliados, «en lo económico y más allá».
El presidente ha remarcado tres áreas de colaboración bilateral: reforzar el multilateralismo, la lucha contra el cambio climático y la reformulación de una estructura financiera común.
También ha asegurado que, aunque «algunos dicen que estamos en un proceso de desglobalización», opina que lo que está cambiando es «la forma en la que percibimos esa globalización». Lo importante, ha sentenciado, es «abrir Oriente para que Occidente no tenga que replegarse sobre sí mismo».
Sánchez ha tenido también palabras para alabar la relación entre las empresas chinas y españolas cuando se cumplen 50 años de las relaciones diplomáticas entre Madrid y Pekín, que desde entonces «han cambiado mucho».
Además, ha asegurado que «China es el mayor proveedor para España, y los proveedores españoles tienen su mayor mercado asiático en China, destacando los inversores asiáticos en empresas de ingeniería en nuestro país.
El viernes, Pedro Sánchez viajará a Pekín y será recibido por el primer ministro chino, Li Qiang, en el Gran Palacio del Pueblo, donde mantendrán una reunión bilateral. Más tarde se reunirá con el presidente, Xi Jinping, y finalizará su visita con una conversación con el líder de la Asamblea Popular Nacional de China, Zhao Leji.
A lo largo de su viaje, Sánchez se reunirá también con representantes del Fondo Monetario Internacional, de AstraZeneca y de Mitsubishi, además de con operadores turísticos chinos y empresarios afincados en China.
Desde el Gobierno, se pone de relieve la importancia que tiene esta visita por el momento en que se produce, ya que será la primera de un líder europeo con Xi tras plantear Pekín su propuesta de doce puntos para la paz en Ucrania y, sobre todo, tras el encuentro de la semana pasada en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin.