Santiago Abascal iguala en las encuestas a la Macarena Olona «andaluza»

Las encuestas internas no son nada alentadoras para Vox. Desde que salió Macarena Olona de la formación, uno de los puntos de inflexión, la formación de Santiago Abascal se ha hundido por segundos. En el grupo han saltado las alarmas. Los medios de comunicación no les dan cobertura, las dos facciones internas del partido están enfrentadas y el liderazgo está completamente cuestionado (hasta el punto de que algunos hablan de que la formación está «descabezada»). Javier Ortega Smith ha salido por la puerta de atrás dejando el ala «falangista» de Vox en manos de Jorge Buxadé, Iván Espinosa de los Monteros está desaparecido y no quiere tomar las riendas de una formación donde Santiago Abascal es acusado de querer trabajar «poco».

Son dos las encuestas que se suman a la dinámica interna del partido. La primera, de Sigma Dos para ‘El Mundo’. Y la segunda, publicado por 40dB. Ambas auguran una tendencia que no gusta en Vox. Es cierto que Alberto Núñez Feijoo, presidente del Partido Popular, necesitaría a Abascal para gobernar, pero la tendencia es claramente negativa para el partido de extrema derecha. Los choques internos no han ayudado a levantar la imagen de un partido que ha perdido completamente el liderazgo. Con una media de seis escaños perdidos para las próximas generales, la lectura interna que hacen en la formación es de «crisis» mientras nadie toma las riendas del grupo. Fuentes internas de Vox insisten en que Santiago Abascal trabaja «lo justo» y en que no le interesa demasiado tomar las riendas de un partido en el que uno de sus pesos pesados, Iván Espinosa de los Monteros, se ha quedado sin ideas dentro de la disputa interna que mantiene con la facción «falangista».

Los lazos de unión entre las dos facciones de Vox están completamente rotos y no se ponen de acuerdo en asuntos tan sencillos como el salario mínimo interprofesional. Hay voces internas que están de acuerdo con la idea de que se haya elevado mientras el ala de Espinosa de los Monteros está completamente en contra. Vox no se pone de acuerdo ni para medidas tan básicas como esta en un momento en el que las encuestas cada vez son peores. Ni la estrategia de comunicación ni la estrategia electoral funciona como debe, o al menos es la percepción que tienen algunas voces dentro de Vox.

Las encuestas que manejan en Vox hablan de que conseguirán algo más de los 40 escaños. Pero el perder un mínimo de seis diputados es un drama para una formación que aspiraba a mucho más. Por menos echaron a Macarena Olona cuando simplemente no cumplió las ambiciosas expectativas en Andalucía. Santiago Abascal es ahora víctima de sus circunstancias y se enfrenta a una situación complicada dadas las críticas internas crecientes en el partido.

MACARENA OLONA, DE IZQUIERDAS

Era una obsesión desde el primer minuto en el que salió de Vox, pues Macarena Olona cree que tiene mucho calado entre el electorado socialista. El problema es que este mensaje, que en un principio iba a ser algo testimonial se ha convertido en la piedra angular del partido que pretende presentar en las elecciones generales Macarena Olona. El pasado jueves el PSOE votó en contra de elevar la indemnización por despido a 45 días por año trabajado, una propuesta de ERC que comparte Macarena Olona. Este mensaje ha dejado a muchos seguidores de Olona en Vox algo despistados y ya se refuerza la idea de que la exparlamentaria ha dado un giro de 180 grados que pocos entienden, pero la conclusión es evidente: Macarena Olona va a por el voto socialista.

«Los trabajadores seguirán desprotegidos mientras se permita que su despido salga barato. El contrato indefinido sin una indemnización justa es una mera ilusión», ha asegurado Macarena Olona en las redes sociales tras conocerse el resultado de la votación. No es algo nuevo que Olona quiera venderse como una dirigente más escorada a la izquierda. Ya al poco de dejar Vox hablaba de la necesidad de recuperar el voto del PSOE descontento con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; pero ahora directamente compra el discurso de Podemos e incluso el de ERC en algunas cuestiones como la indemnización por despido.