El Partido Popular de Madrid tiene claro que necesita cambiar las expectativas electorales como sea. Ahora mismo, a Isabel Díaz Ayuso solo le vale la mayoría absoluta. Y si se contextualiza con la tensión que tiene con Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de Andalucía, por ser la cantera de Alberto Núñez Feijoo. La obsesión del equipo de campaña de Ayuso es la de rebajar las expectativas electorales de sus votantes y del partido porque «solo vale la mayoría absoluta» y fuentes de Sol aseguran que no está claro que la presidenta de la Comunidad de Madrid la vaya a obtener de ninguna de las maneras. Ahora mismo, obtener el mismo resultado o quedarse, aún mejorando, por debajo de la mayoría absoluta sería un fracaso. Y eso sin tener en cuenta que Madrid es feudo popular.
Están todos en una posición complicada porque mientras que Juan Manuel Moreno Bonilla ha obtenido mayoría absoluta en una comunidad autónoma histórica del socialismo, Ayuso está a punto de perderla de nuevo en una comunidad donde el PP siempre ha campado a sus anchas. Esta realidad ha llegado a los directores de campaña de Ayuso y les ha llevado a organizar discursos y argumentarios que se centran exclusivamente en rebajar las expectativas electorales y en no vender la piel del oso antes de cazarlo. Ahora mismo el objetivo principal es intentar que un resultado similar al actual no es un fracaso: pero lo tiene difícil dadas las pretensiones de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Que Isabel Díaz Ayuso quiere a toda costa llegar a la presidencia del Partido Popular no es un secreto ni para Alberto Núñez Feijoo ni para nadie de la oposición. Su hoja de ruta está clara, pero lo cierto es que tiene un rival que le complica las cosas porque ya ha hecho los deberes mientras que Ayuso tiene el examen el próximo 28 de mayo y no ha estudiado lo suficiente. Que Isabel Díaz Ayuso ganará las elecciones es algo que todos dan completamente por hecho, pero lo cierto es que hay encuestas y sondeos internos que sugieren que el PP podría incluso empeorar sus resultados electorales. El problema no es que esto sería un fiasco político, sino que quedarse por debajo de la mayoría absoluta también lo sería; algo que quieren cambiar desde el entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Juan Manuel Moreno Bonilla ha obtenido mayoría absoluta en una comunidad autónoma donde el socialismo ha gobernado con puño de hierro durante más de 30 años. Y Ayuso amenaza con perder otra vez la mayoría absoluta en una comunidad autónoma en las próximas elecciones pese a que Madrid siempre ha sido la perla del PP. Con estas comparaciones, parece difícil plantearse que Ayuso vaya a tener la misma proyección política a nivel interno en el PP que el presidente de Andalucía. Y esto es lo que quieren revertir desde la sala de máquinas de Sol.
EL ASALTO A GÉNOVA
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tiene claro que sus rivales no están en su autonomía, sino en el Congreso de los Diputados. Desde hace meses que la estrategia de la presidenta madrileña pasa exclusivamente por medirse tanto con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, como con Yolanda Díaz, vicepresidenta del Ejecutivo y líder de Sumar. El problema es que hasta que no pasen las elecciones generales no tendrá la oportunidad de asaltar el poder en Génova. Mientras tanto, la presidenta prepara su asalto a los cielos sin el amparo de quien la ha convertido en lo que es: su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. Todo esto se sabe en el Partido Popular, pero hay quien mira de reojo al presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, y su también buena predisposición a ocupar el espacio de Feijoo.
Que Feijoo sólo tendrá una oportunidad es un secreto a voces. Si en las elecciones generales de finales de año no consigue lo que busca, el líder del PP tendrá que dar un paso a un lado. Y las últimas encuestas no parecen acompañar precisamente al expresidente de la Xunta. En cualquier caso, mientras Feijoo está encerrado en sí mismo junto con el clan gallego que le ayudó a gobernar en Galicia, hay otra presidenta autonómica que se prepara para el asalto de los cielos de Génova sin la ayuda de su hasta ahora mano derecha, Miguel Ángel Rodríguez. El primer paso a nivel de comunicación lo está dando la presidenta autonómica con un simple gesto: solo se mide en las entrevistas con miembros del Gobierno y no con sus rivales directos en la Comunidad de Madrid. «Quiere darse un perfil presidencial», aseguran desde Sol quienes conocen la estrategia seguida por la presidenta madrileña.