El partido de Santiago Abascal elige la opción del silencio ante la votación de la reforma de la Ley del ‘Solo sí es sí’, tanto que, finalmente decidió no votar como bloque ninguna de las tres opciones (sí, no o abstención). A pesar de eso, la reforma de la Ley ha sido aprobada con 233 votos a favor de PSOE, PP, Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria, UPN y PDeCat.
La Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual ha sido especialmente polémica desde antes de su aprobación. Impulsada por Unidas Podemos y aprobada en el Congreso de los Diputados en agosto de 2022, pretendía eliminar la distinción entre abuso y agresión y regular la necesidad del consentimiento expreso. En esta primera votación, la Ley salió adelante con 205 votos a favor y 141 en contra, de los cuales 84 eran del PP y 52 de Vox.
Antes de esa primera votación, Vox se había posicionado claramente en contra de su aprobación. El propio partido había declarado que era «completamente innecesaria» además de «una ley ideológica que criminaliza a los hombres». Así, la formación de Abascal y la de Núñez Feijóo fueron la principal oposición a una ley bautizada como «feminista» y por la que Irene Montero luchó durante más de un año por reflejar legalmente las peticiones de las manifestaciones contra «la Manada».
Sin embargo, más allá de beneficiar judicialmente a las victimas, desde que en octubre entró en vigor la Ley del «Solo sí es sí» la equiparación de los delitos de agresión y abuso sexual terminó suponiendo una herramienta para la excarcelación de 74 presos y para 721 rebajas de condena, según los datos del Consejo General del Poder Judicial publicados en marzo.
Así, la polémica de su aprobación y de su elaboración ha sido parte del discurso central de Vox para pedir la dimisión de la ministra de igualdad, así como la eliminación de su ministerio (votación en la que se quedó solo frente a la negativa de toda la Cámara, incluyendo al PP) y la presentación de un recurso ante el Constitucional en contra de la norma.
Mientras tanto y viendo las consecuencias de la Ley, el Partido Socialista y Unidas Podemos iniciaron un proceso de negociaciones para intentar resolver las consecuencias que se desprendieron de esta. Sin embargo, más allá de llegar a un acuerdo, los dos partidos de coalición separaron posturas e Irene Montero se quedó sola en la defensa del consentimiento como pilar del «solo sí es sí».
El PP abandona VOX y se une al PSOE para reformar la Ley
Desde que se aprobó, la norma ha dejado entrever cómo los partidos políticos pueden cambiar su posición sobre un mismo asunto en un periodo muy reducido de tiempo. En el caso de la formación azul de Núñez-Feijóo ha habido un cambio radical en su postura, pasando de ser la principal fuerza de la oposición ante la ley de Irene Montero a convertirse en el principal aliado de Pedro Sánchez para su reforma.
Así, el Partido Popular ha sido fundamental para que se pudiera aprobar el pasado miércoles la reforma de la Ley de «solo sí es sí», ya que Pedro Sánchez ha encontrado la afirmación en la propuesta de que el delito de agresión incluyera diferentes subtipos «para las agresiones en las que haya violencia, intimidación o se den sobre una víctima con la voluntad anulada», según informa El País.
Por lo tanto, dentro del panorama de la polémica, el partido de Abascal terminó quedándose solo sin querer acatar ninguna de las opciones que otorga una votación parlamentaria. Aunque en febrero ya declararon que no querían «bloquear la reforma», dos días antes de la votación y mediante una rueda de prensa, comunicó que el proceso era «una pantomima» y que no iban a votar para mostrar su malestar.
Sin embargo, podrían haber votado «sí» a la reforma de una Ley contra la que se ha posicionado en todo momento; podrían haberse abstenido para demostrar que no querían bloquearla o podrían haber votado «no», lo que habría supuesto compartir el color del voto con toda la bancada que hizo a Pedro Sánchez Presidente del Gobierno, es decir, con Unidas Podemos, ERC, EH-Bildu, Más País y Compromís.
Finalmente y sin necesitar la opinión ni el posicionamiento de Vox, La reforma de la Ley «solo si es si» salió adelante, pero con el apoyo completamente contrario al de su primera votación. Si la en agosto se aprobó gracias a todo el bloque progresista con el que el PSOE ha estado gobernando esta legislatura, la reforma aprobada esta semana marca la gran diferencia con todas la votaciones vistas anteriormente estos últimos años y deja al PP como el principal apoyo de Sánchez, a Unidas Podemos más lejos que nunca del acuerdo inicial de coalición y a Vox haciendo movimientos que no suponen un gran cambio para ninguna toma de decisiones, pero con los que quiere diferenciarse del resto de partidos.