La guerra preelectoral en España está más viva que nunca y en Podemos están intentando, a toda costa, buscar temas que los ayuden a posicionarse en todos los rincones del país, como estrategia para no terminar de morir políticamente, aunque para ello tengan que cargar contra el PSOE; su aliado principal en el Gobierno central. La más reciente confrontación tiene su epicentro en Melilla, donde el candidato que ocupa la segunda plaza en las listas del partido morado acusa al Partido Socialista de estar utilizando los contratos públicos de esa Ciudad Autónoma con fines electorales.
La denuncia fue hecha por Oscar Gaztelumendi, quien ha señalado a través de las redes sociales del partido que solo durante el primer trimestre de 2023 se han asignado más de 6.1 millones de euros en contratos públicos a las mismas empresas, conocidas por las autoridades locales, sin que prive ninguna explicación.
El candidato ha asegurado que la única manera de frenar lo que está sucediendo con el PSOE en Melilla es logrando que Podemos tenga representación en el Gobierno local, para poder «poner freno».
«Desde nuestra formación queremos denunciar el gasto de 6,1 millones de euros en contratos menores en solo un trimestre. Queremos denunciar que el Gobierno ha gastado un millón y medio de euros más que el mismo periodo del año pasado. Un incremento, está, claramente motivado por la cercanía de las elecciones. Nada explica este incremento brutal en la contratación menor. Es un récord. Ningún trimestre de los años anteriores, ha sido tan bestia. Ni en 2019, que también fue un año electoral», expresó Gaztelumendi en un audio que colgó en las redes sociales de Podemos.
El partido liderado por Ione Belarra e Irene Montero se encuentra en su etapa más crítica, en cuanto a liderazgo se refiere, por lo que a poco menos de un mes para las elecciones están tirando de todos los argumentos posibles para intentar remontar y tener una que otra representación en los gobiernos regionales, porque los resultados que obtengan en los comicios autonómicos y municipales del próximo 28 de mayo, serán determinantes para lo que pueda suceden en las elecciones generales de noviembre.
«Queremos destacar que sólo el 6,31% de los 823 contratos adjudicados se hicieron con publicidad para que cualquier empresario o autónomo pudiera optar a ellos, solo 52 contratos se publicaron en el tablón electrónico para que cualquiera pudiera optar a ellos. El resto, la friolera de 771, fue la administración la que llamó a tres empresas, con lo que ellos implica. Ya hemos visto como amañan las licitaciones de contratos menores, llamando a tres empresas amigas relacionadas entre sí, para acabar adjudicando a dedo. Es una práctica sistemática que hay que cortar de raíz. En Coalición por Melilla y PSOE saben cómo ganar unas elecciones repartiendo trigo, utilizando la administración y el dinero público para sus intereses partidistas. Ya lo hicieron en el pasado y fueron condenados», dijo el candidato de Podemos.
Podemos atraviesa una severa crisis de liderazgo en el eje central del partido, pero la misma situación la enfrentan en el resto del país, porque las cuentas no le cuadran, sobre todo desde el pasado 2 de abril, cuando irrumpió en el panorama político de España Sumar, la iniciativa política de Yolanda Díaz, con la cual la vicepresidenta segunda de Gobierno aspira a competir en en las elecciones generales y ya aparece en las encuestas por delante del partido morado, por lo que los podemitas están afinando estrategias para tratar de levantar cabeza en el poco tiempo que les resta.
En el partido morado cuentan con muy pocos días para tratar de poner en marcha la maquinaria y a lo interno del partido tienen muy clara la situación, pero además saben que una confrontación con el PSOE, que intentará mantener el poder en las Comunidades que las tiene en este momento, pero las presiones vienen de parte de quienes pretenden seguir ofreciendo a Podemos como apoyo para que el partido socialista los utilice para formar gobierno en los lugares que no logren obtener mayoría suficiente para gobernar en solitario.
mientras todo esto ocurre en España, el partido también está tratando de activar los apoyos internacionales con la intención de que los españoles residentes en el exterior se animen a votarlos, porque saben que en el país ya no cuentan con el apoyo que lograron alcanzar en 2019 y que su liderazgo está completamente devaluado.