El candidato del Partido Popular a la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, no consigue en ninguna encuesta los resultados deseados. Los sondeos internos que maneja el PP en esta región, histórico feudo popular, son malos. Ximo Puig, con el apoyo de Podemos y Compromís, podrá mantener la Comunidad Valenciana pese a que Carlos Mazón ha conseguido absorber completamente a Ciudadanos. Los resultados han convencido a un ya decidido Alberto Núñez Feijoo que nunca se había dejado convencer por el tirón de Mazón. Solo un milagro, dicen desde Génova, podría salvar a uno de los candidatos populares más desconocidos. Se busca nuevo perfil, pero de momento con discreción.
Mazón era casadista. De hecho, no dudó en buscar entre los polémicos asesores de Pablo Casado para intentar formar su equipo. Cuando llegó Alberto Núñez Feijoo, prácticamente se encontró un partido desunido, pero en el que no podía meter mano de forma abrupta. Carlos Mazón nunca fue un perfil que le agradara, pero Feijoo no tuvo más remedio que esperar. Los sondeos de ahora han empujado a Génova a mover ficha con mucha discreción. A tantear posibilidades en Valencia porque ven que la Comunidad Valenciana seguirá siendo socialista si se hacen realidad los sondeos que auguran que Compromís, PSOE y Podemos podrán revalidar su pacto en este territorio. Ximo Puig está de enhorabuena porque será uno de los pocos barones del PSOE que Sánchez ve con buenos ojos que sacará buenos resultados.
Sobre el sustituto de Mazón aún hay mucha discreción porque desde Génova aseguran que no quieren «empañar la campaña» con este tipo de especulaciones. Sin embargo, la crítica es simple: Mazón vence, pero no convence. Ha conseguido el objetivo número uno en este terirtorio que era el de absorber a Ciudadanos (los naranjas ni obtienen representación, según los sondeos publicados hasta la fecha). En una encuesta reciente de 40db para el diario El País, la suma de Mazón y Vox se queda a dos o tres diputados de poder gobernar. Pero lo más dramático para Génova es que Mazón consigue superar por poco en votos y escaños al PSOE de Ximo Puig en un feudo históricamente popular.
No es la primera vez que fuentes del PP aseguran que Mazón no es del agrado de Feijoo. Para los populares, Carlos Mazón es un perfil gris, casadista, que no convence y que no tiene el tirón que puede tener un Juan Manuel Moreno Bonilla. La idea que sopesan en Génova ahora mismo no va más allá de las generales. De momento, el propio Feijoo siente en sus carnes la presión de tener que ganar sí o sí y desde Génova aseguran que no se abordarán cambios profundos en el PP hasta pasadas las elecciones generales. Sin embargo, en Valencia ya suenan los cuchillos afilar ante la inminente caída de un Carlos Mazón que llegó sin ruido y que se irá también sin fuegos artificiales (siempre y cuando no cumpla las expectativas que el partido ha puesto en él).
Ahora mismo, la Comunidad Valenciana es un auténtico polvorín y sobretodo un regalo envenenado. El listón en los históricos feudos populares está muy alto. Carlos Mazón lo sabe, pero no ha conseguido contener los movimientos dentro de su partido para sustituirle. Desde el PP, hay quien ya da por hecho que la salida de Mazón es inminente dado que solo obtendría entre 33 y 35 diputados, unas cifras que son muy similares a las de Ximo Puig, desgastado tras una complicada legislatura marcada por una gestión nefasta de la pandemia. Si Mazón no consigue sumar con Vox, se irá. Y esto es algo que también le complica la existencia dado que Alberto Núñez Feijoo no quiere gobiernos autonómicos como el de Castilla y León, marcado por los de Santiago Abascal.