La Ley de Memoria Democrática, aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez en noviembre del año pasado, ha dado un aliento de esperanza a descendientes de migrantes españoles que se exiliaron en los países de América Latina en la época de la dictadura de Francisco Franco y en especial a los cubanos, que ven en este texto legal una alternativa para lograr salir de la isla. Sin embargo, un grupo de antillanos ha decidido lanzar un llamado de auxilio a la Secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Pilar Cancela, para que interceda para que se agilicen los trámites en el Consulado de La Habana.
El llamado de auxilio lo lanzaron a través de las redes sociales, pues al parecer hay demasiados retrasos con los expedientes que han intentado gestionar la nacionalidad a través del anexo I de la Ley, que establece que podrán obtenerla «las personas cuyo padre o madre, abuelo o abuela hubiese sido originariamente español» y «los nacidos fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que originariamente hubieran sido españoles, y que, como consecuencia de haber sufrido exilio por razones políticas, ideológicas o de creencia o de orientación e identidad sexual, hubieran perdido o renunciado a la nacionalidad española».
De acuerdo con las denuncias subidas a twitter por los cubanos que escribieron directamente a la Secretaria de Estado, son justamente estos expedientes los que presentan más retraso, por lo que piden que la funcionaria interceda para que se agilicen las gestiones consulares.
En algunas de las denuncias señalan que hay trámites que se iniciaron inmediatamente después de que se aprobara la Ley y que hasta ahora no les han dado respuesta y que hay unos más recientes que tampoco han recibido ningún tipo de atención por parte de las autoridades consulares.
Hay que recordar que durante los últimos meses Pilar Cancela se ha dedicado a hacer una gira por varios países de América Latina, entre los que incluyó Cuba, México y Venezuela, para promocionar las bondades de la Ley de Memoria Democrática, que de hecho desde el propio Ministerio de Asuntos Exteriores tuvieron que salir a desligarse de los actos en los que había participado la Secretaria de Estado, señalando que no se trataba de un acto institucional, sino de eventos asociados a la militancia de Cancela en el PSOE.
La Secretaria de Estado ha aprovechado estas actividades para promocionar la posibilidad que tienen los españoles de ejercer su derecho al voto desde el exterior y para instar a todos aquellos descendientes de españoles que se encuentran en todos estos países a que se animen a gestionar su nacionalidad española, no con el ánimo de que puedan emigrar a la península, sino más bien para que puedan votar a favor del PSOE.
De hecho, en el caso del viaje que hizo a Venezuela, muchos de los presentes en la conferencia se molestaron porque la convocatoria se había hecho con un documento en el que se anunciaba que se trataba de un acto organizado por el Gobierno español, pero el día del evento se dieron cuenta de que no era más que un acto partidista organizado por el PSOE para promover la Ley de Nietos y los beneficios de haber acabado con la figura del voto rogado para los próximos comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo.
Al llamado de auxilio que los cubanos han lanzado a Cancela, la Secretaria de Estado y representante del PSOE solo se ha limitado a responder que se está haciendo todo lo posible por agilizar estos procesos.
Medios de comunicación locales han señalado que más de medio millón de extranjeros han logrado obtener la nacionalidad española en los últimos cinco meses, gracias a la Ley de Memoria Democrática, lo que también ha sido denunciado como una operación relámpago por parte del Gobierno para garantizarse una cuota de votos adicionales en las dos jornadas electorales que habrá este año.
Sin embargo, en el caso de los cubanos, más allá del interés de los insulares en participar en jornadas electorales, la presión por obtener la nacionalidad española se centra más bien en la posibilidad de salir de la isla y escapar de la dictadura que los ha mantenido sometidos durante más de 60 años.