El Gobierno ha reconocido que se han producido avances con Estados Unidos respecto a la limpieza adicional de las tierras que aún permanecen contaminadas en Palomares (Almería) a raíz del accidente sufrido por dos aviones estadounidenses en 1966 pero no ha querido aclarar si cabe esperar un acuerdo con motivo del encuentro del presidente, Pedro Sánchez, y el mandatario estadounidense, Joe Biden.
Esta será una de las cuestiones que tratarán ambos durante la reunión que mantengan en la Casa Blanca, si bien Moncloa ha querido este miércoles rebajar las expectativas y ha evitado confirmar expresamente un acuerdo para resolver esta cuestión.
En un encuentro con periodistas previo a la visita de Sánchez, fuentes gubernamentales han reconocido avances en los últimos meses tras recalcar que se trata de un asunto que ha estado siempre sobre la mesa en la relación bilateral con Estados Unidos y ha habido contactos permanentes entre ambas administraciones que se han intensificado en los últimos tiempos.
Así las cosas, han reconocido que en este tipo de asuntos delicados los encuentros al más alto nivel entre presidentes siempre pueden ayudar a dar un «empujón» para desbloquearlos pero apostando por la discreción y no adelantar acontecimientos sobre si ya habría un acuerdo que podrían firmar Sánchez y Biden.
El Gobierno envió el pasado mes de marzo, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, una petición formal a la Administración Biden para que procediera a la retirada de las tierras contaminadas conforme a un acuerdo no escrito alcanzado en 2015 con Mariano Rajoy en Moncloa y Barack Obama en la Casa Blanca.
El diario ‘El País’ ha adelantado este miércoles, citando fuentes gubernamentales, que Estados Unidos ha trasladado su disposición a negociar esta limpieza, si bien en Moncloa no han querido confirmar este extremo, esgrimiendo que precisamente el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se encuentra en Washington para reunirse con el secretario de Estado, Antony Blinken, y ultimar todo lo relativo a la visita de Sánchez.
En octubre de 2015, con motivo de la visita a Madrid del entonces secretario de Estado, John Kerry, este procedió a la firma con el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, de una declaración de intenciones en la que ambos países se comprometieron a una «rehabilitación mayor» del entorno de Palomares y a acometer el traslado de tierra contaminada a un «emplazamiento adecuado» en Estados Unidos.
Pese a dicho acuerdo, en estos años no ha habido avances, lo que llevó al Gobierno actual a retomarlo y pedir formalmente a Washington que cumpliera con lo acordado entonces. La Administración Biden trasladó entonces, por boca de un portavoz del Departamento de Estado, su voluntad de seguir dialogando sobre la cuestión con el Gobierno español.
En plena Guerra Fría, el 17 de enero de 1966 dos aeronaves de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, un avión cisterna KC-135 y un bombardero estratégico B-52, chocaron en plena maniobra de reabastecimiento de combustible sobre la pedanía de Palomares, en Cuevas de Almanzora (Almería).
A consecuencia de la colisión fallecieron siete de los once tripulantes que llevaban ambas aeronaves y se desprendieron cuatro bombas termonucleares que transportaba el B-52, que dejaron contaminadas con americio y plutonio 40 hectáreas de suelo.