Talgo obtuvo un beneficio neto de 2,4 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que supone un 29,4% menos en comparación con el mismo trimestre del año anterior, según ha informado este jueves la compañía a la Comisión Nacional de Mercados y Valores (CNMV).
Esta caída obedece, tal y como han explicado desde Talgo, a unos mayores gastos financieros durante el periodo y a un impuesto de sociedades efectivo más elevado.
No obstante, los ingresos se elevaron un 7% en tasa interanual, hasta los 126,7 millones entre enero y marzo. A su vez, en comparación con el último trimestre de 2022, la cifra de negocio se ha incrementado en un 8,38%.
Este aumento de la facturación es reflejo de la creciente actividad de fabricación de la compañía principalmente en Alemania (a través de DB), en Egipto (con la estatal ENR), en Dinamarca (junto a DSB) o por la producción de las cabezas motrices de Renfe.
Cabe destacar, por ejemplo, que Talgo ha firmado recientemente nuevos pedidos por valor de 464 millones de euros con la danesa DSB y en Egipto que aún están pendientes de cumplir ciertas condiciones previas y aprobaciones.
Teniendo en cuenta las recientes adjudicaciones de contratos, la cartera de pedidos pendiente superaría los 3.000 millones de euros. Además, estas adjudicaciones representan un aumento de más del 80% de la cartera de fabricación hasta marzo, lo que garantiza la visibilidad industrial para los próximos años, según han destacado desde Talgo.
A su vez, el resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado alcanzó los 15,4 millones en el primer trimestre, con un margen del 12%. La cadena de suministro y la inflación siguen representando el principal reto en la cartera de fabricación, principalmente en relación con los proyectos adjudicados antes del Covid-19 y que están aún en ejecución.
La compañía ha confirmado sus previsiones para 2023, que siguen focalizadas en el incremento de ritmo de ejecución de los proyectos en cartera, con una ejecución del 40% en la cartera de pedidos actual prevista para el periodo 2023-2024, lo que previsiblemente impulsará los ingresos en el año.
En materia comercial, Talgo establece un objetivo de alcanzar un volumen de adjudicaciones relevante en el año, que se traduce en un ratio objetivo de, aproximadamente, dos veces sobre los ingresos de 2023.
En términos de rentabilidad, la compañía prevé un Ebitda ajustado en el entorno del 12% para el ejercicio, derivado de una progresiva recuperación de la rentabilidad sujeto a la evolución del contexto actual inflacionista y de interrupciones en la cadena de suministro.
También en 2023, Talgo establece una previsión de inversión de hasta 30 millones de euros. En relación con la deuda financiera neta, la compañía espera mantenerla en dos veces el Ebitda ajustado, en línea con las necesidades previstas de caja de los proyectos.
Por otro lado, Talgo mantiene su compromiso de remuneración al accionista para lo que implementará un programa de dividendo flexible o ‘Scrip Dividend’ y de recompra de acciones estimado en 12 millones de euros, un 20% más que el año anterior.
En el ejercicio 2022, Talgo ejecutó un Programa de Retribución de 10 millones de euros implementado también a través de un programa de dividendo flexible o ‘Scrip Dividend’ y de recompra de acciones, dándole a los accionistas la posibilidad de elegir entre acciones o efectivo.
El 83% de los accionistas de la empresa decidieron cobrar el dividendo flexible en acciones, en vez de en efectivo, reforzando así su posición en el capital social de Talgo.