El fin de semana del 19 al 20 de mayo estará marcado por un escenario de chubascos y tormentas irregulares –especialmente intensos en algunos puntos-– que poco tendrán que ver con las lluvias duraderas y fuertes producidas recientemente en Italia donde se han registrado inundaciones que, al menos han provocado nueve fallecidos, según han señalado los expertos de Meteored.
La similitud en la situación de sequía entre Italia y España y la proximidad ente ambos países no se repetirá en materia de inundaciones como las de la región Emilia-Romagna, en el norte del país. Así, Meteored espera la llegada de embolsamientos de aire frío o pequeñas DANAS a latitudes españolas con tormentas localmente intensas en ciertos puntos de España, sobre todo en el sur, mitad este y Baleares. Asimismo, existe la posibilidad de inundaciones locales o crecidas repentinas y granizado en algunas áreas, algo «habitual para las fechas».
El meteorólogo de Meteored Samuel Biener pronostica que las lluvias no serán «duraderas y fuertes» como las de Italia ni tampoco paliarán la situación de sequía. Asimismo, ha añadido que las riadas en Italia se han agravado por la ocupación de áreas inundables como llanuras aluviales.
Los datos apuntan que la primera quincena de mayo en Italia ha sido «histórica», llegando algunas zonas a superar durante este mes la media que se acostumbran a recoger en siete u ocho meses (500 litros por metro cuadrado).
El embolsamiento de aire frío llegado desde el Mediterráneo central y la ciclogénisis producida en la superficie dieron lugar a una borrasca que ha empujado vientos marítimos templados y húmedos hacia el noreste del país transalpino. Asimismo, el factor orográfico ha sido determinante para que el suroeste de la región haya sido la zona más castigada debido al choque entre la masa de aire cargada de humedad y las estribaciones de los Apeninos.
Los expertos advierten del aumento de la frecuencia de los fenómenos extremos en el Mediterráneo fuera del otoño y han apuntado el incremento de la temperatura del Mediterráneo como un factor que «extrema las precipitaciones».