El «vividor» Pedro Saura tira de viejos contactos periodísticos para apuntalarse en Paradores

Pedro Saura, presidente de Paradores, tiene uno de los mejores destinos en política. El sueldo de Saura es de 180.000 euros al año; y su trabajo no es más que pasearse por diferentes hoteles a lo largo y ancho de España para comer, beber y presentar alguna instalación que otra. En resumen: vive como quiere y en el PSOE lo saben. Sin embargo, ahora que se acercan las elecciones generales desde Moncloa consideran que la «factura» está pagada y se guardan el cargo para «contentar» a otro nuevo. El problema es que Saura se ha acostumbrado tanto a Paradores que ha puesto toda la maquinaria que tiene a su disposición a trabajar para apuntalarle en el cargo.

Pedro Saura está donde está por la gracia de Pedro Sánchez y como consecuencia de haber «apuñalado» a José Luis Ábalos en el momento más tenso de su paso por el Ministerio de Transportes. Los negocios oscuros del exministro irritaron hasta tal punto a Moncloa que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, se vio en la necesidad de sacar a Ábalos del Ejecutivo lo antes posible. Y ahí es donde entró Saura, quien en calidad de Secretario de Estado de Transportes y número dos de Ábalos pudo dar la información necesaria para que Sánchez sacara de un plumazo a quien también era secretario de Organización del PSOE. Como pago por los servicios prestados, el presidente socialista le dejó a Saura ser presidente de Paradores. Y ahora ha encontrado el nirvana de la administración pública.

Desde que Pedro Saura le ha visto las orejas al lobo no ha dejado de trabajar, especialmente tirando de filtraciones, su gran especialidad. Saura está obsesionado con mantenerse una legislatura más (siempre y cuando el PSOE consiga gobernar después de las elecciones generales de diciembre de este año), pero sabe que su puesto es la moneda de cambio más preciada de cualquier Ejecutivo. Él tuvo una moneda de cambio perfecta para hacerse con Paradores, antes en manos de Óscar López, quien ahora es jefe de gabinete del presidente del Gobierno. Ahora no la tiene y sabe que podrían sacarle, pero cree que con filtraciones puede lanzar un mensaje subliminal al PSOE.

Paradores siempre ha ido bien, pero Saura quiere ahora que las cifras le avalen para que el PSOE no se plantee sacarle. El mensaje que ha querido lanzar el exsecretario de Estado es básico: Paradores ha cerrado una facturación de 310 millones de euros por la recuperación del turismo (algo más que esperado dada la pandemia), pero además ha puesto a su equipo de marketing a trabajar para pedirle el favor a los medios de comunicación para que publiquen también el cliché de que ha superado los 300 millones (algo que hace por primera vez en 95 años de historia). Estos mensajes son vistos en el PSOE como una llamada desesperada por parte de Saura para permanecer a toda costa en el puesto en el que cobra más de 180.000 euros al año.

Saura está fuera de la política. Ya no está en ese juego que tanto beneficio le ha dado en sus años en la política. Ya no tiene moneda de cambio y Ábalos está prácticamente desactivado. En el PSOE saben que tanto Saura como el exministro están completamente fuera de juego y no se plantean perder una moneda de cambio tan importante como la presidencia de Paradores, algo que aterra a Saura. Incluso al propio Óscar López le costó dejar el que es considerado como el mejor puesto de la administración pública, pero López apenas pudo resistirse dada la llamada directa del presidente par ser su jefe de gabinete y escenificar la reconstrucción del viejo PSOE.

Le quedan unos seis meses por delante para intentar vender que su gestión en Paradores ha sido la mejor en 95 años, lo que pretende que cale en la prensa tirando de los pocos contactos que le quedan en los medios por su paso por la Secretaría de Estado de Transportes, pero ya no le compran el mismo contenido y sobretodo ya no tiene ninguna moneda de cambio con la que solicitar a los socialistas su permanencia en el puesto más vividor de la administración.