Ferraz cree que García-Page salvará los muebles tras su campaña más polémica

Vox cree que Emiliano García-Page juega «a la discrepancia pactada» con Pedro Sánchez, sufridor de los infinitos dardos del barón socialista más antisanchista y más mimetizado con el ‘pisto manchego’ o ‘socialismo azul’ que puso en marcha hace cuatro décadas el simpar José Bono.

«Moderación» o «estabilidad» son algunas de las palabras clave utilizadas por el presidente en funciones de la Junta de Castilla-La Mancha, que dice que no iría con EH Bildu «ni a la vuelta de la esquina» para acrecentar su distancia con La Moncloa.

LA CAMPAÑA MÁS BRONCA

El PSOE castellano-manchego consigue en autonómicas en torno a 15 puntos más que el partido en las elecciones generales. Esto se debe a la particular actitud centrista de José Bono, José María Barreda y Emiliano García-Page, conscientes de que no es casual que su partido haya gobernado una región de tendencia conservadora en 36 de los 40 últimos años.

Para el 28M no está claro quién ganará porque PP y Vox, según algunas encuestas, podrían sumar. No piensan lo mismo en La Moncloa, cuyos trackins avanzan que García-Page, único barón autonómico al que Pedro Sánchez no dirige la palabra, conseguirá la mayoría con un resultado ligeramente inferior al obtenido en 2019.

El heredero de Bono sabe que paga ganar tiene que finalizar en alto una campaña que ha empañado por sus excesos con la candidata socialista de Talavera de la Reina o con sus disparates en un mitin sobre su hija, estudiante de Medicina: «Tú estudias el cuerpo humano y tu hermano hace las prácticas porque mi hijo es un chico de raza y a la chica no le pregunto», aseguró.

García-Page lo mismo alaba a Alberto Núñez Feijóo o Isabel Díaz Ayuso que es incapaz de lanzar un «gracias» a las numerosas inversiones del Gobierno central en su región. Y es que, al igual que Miguel Ángel Revilla, prefiere ejercer como analista de la política nacional, con la intención quizá de hablar menos de su gestión.

ESTRATEGIA

En el PSOE de Castilla-La Mancha siguen utilizando la figura de María Dolores de Cospedal para recordar la polémica gestión del PP entre 2011 y 2015, y de paso ningunear al nuevo candidato del partido, el casadista Paco Núñez, empañado por los 16.000 euros de dietas que se ha visto obligado a devolver por haberlos cobrado como parlamentario regional de forma irregular.

Los socialistas castellano-manchegos andan inquietos por la «incómoda» entrevista que Esther Palomera ha realizado en campaña a García-Page, que según reconocen desde su propio partido «está acostumbrado a los masajes que le dispensan los medios conservadores estatales que suelen recibir publicidad institucional de la Junta».

EN CLAVE NACIONAL

García-Page asegura que no le interesa hacer una campaña en clave nacional: «Aquí, en Castilla-La Mancha, desde hace mucho tiempo, desde las épocas de Bono y también del presidente Barreda, ha habido siempre una diferenciación enorme entre el voto autonómico y el voto nacional.

Incluso en los mejores tiempos del PSOE a nivel nacional. Aquí el componente regional ha entrado en escena, de manera que todo influye». El voto regionalista favorece al PSOE regional. El presidente autonómico, en eldiario.es, aseguró que no critica al presidente del Gobierno por electoralismo: «Me dicen que critico a Sánchez para ganar votos».

«Yo no quiero ganar por mis discrepancias con nadie, ni siquiera por ninguna opinión en el ámbito nacional. Todo responde a un planteamiento de responsabilidad con los derechos de mi gente, de mi tierra y los que tengo también como español. Son cosas distintas, pero a lo que aspiro es a que la gente pueda valorar nítidamente mi gestión. Creo que tengo ese derecho porque me dejo la piel», asegura.

CON TODOS Y CON NINGUNO

En Izquierda Unida recuerdan que Emiliano García-Page alcanzó la alcaldía de Toledo en 2007 a pesar de no haber sido el más votado gracias a sus apoyos. En Podemos no olvidan que el dirigente consiguió la presidencia de la Junta en 2015, tras haber perdido en votos contra a Cospedal, gracias a la ayuda morada, que por primera vez entró en un Gobierno autonómico, allá por 2017.

Y en 2019 García-Page fue el único barón socialista que cerró acuerdos con Ciudadanos, que firmó pactos en el resto del Estado con el PP. Algunos bromean que García-Page sería capaz de cerrar en 2023 acuerdos con Vox, al que prácticamente no critica en público. «Con ellos quizá sí iría a la vuelta de la esquina», señalan. 7

Eso sí, Santiago Abascal no se corta contra él: «Sánchez y García-Page son exactamente lo mismo, aunque luego Page oculte el logo en los carteles, que se le ven mucho más los dientes nuevos que el logo».

Lo cierto es que un ‘animal político’ como García-Page reconoce que tiene opciones de no alcanzar mayoría este próximo domingo y dice que, si pierde, sería «un hombre infeliz y profundamente desgraciado».

En Ferraz dudan de que si pierde García-Page dimitiría «porque no ha trabajado nunca fuera de la política», ejerce de cargo público desde que tenía 19 años y ahora cuenta con 54, y la única vez que prometió que se iría, que fue cuando creía que Pedro Sánchez iba a perder las primarias de 2017, «lo incumplió».