No son casos aislados ni ayudas que nazcan de la arbitrariedad. El Ministerio de Cultura de Miquel Iceta tiene una obsesión poco disimulada por concentrar prácticamente la mayoría de las subvenciones que conceden a Cataluña. Esta obsesión no es ajena al Gobierno, pero sobretodo contrasta con cómo se nutre Barcelona de dinero público mientras que Madrid se deja agonizando por el mismo motivo: cuestiones políticas. La nueva ayuda (que no de las primeras) que Iceta se ha sacado de la chistera es de nada menos que de 20 millones de euros y va directa al Ayuntamiento de Barcelona gestionado por Ada Colau. El motivo: «para la capitalidad cultural de Barcelona», sin muchos más detalles. En cuanto a Madrid u otras ciudades españoles, como siempre, quedan en un tercer plano mientras Iceta esté a los mandos de Cultura.
No es la primera vez que Miquel Iceta infla todas las ayudas que tengan que ir a Cataluña. El PSC, partido al que pertenece y que no es necesariamente el PSOE, tiene claro que su condición es la de un partido regionalista. De hecho, el que Miquel Iceta sea ministro de Cultura y Deportes, según cuentan fuentes solventes del PSOE, es un pago de la cuota correspondiente por parte del Partido Socialista a su delegación en Cataluña. Sin embargo, estas ayudas en forma de concesión directa empiezan a llamar la atención más de la cuenta en Ferraz porque ni siquiera se molesta en disimular. Estas mismas fuentes detallan que basta con echar un vistazo al total de subvenciones que concede el Ministerio de Cultura para darse cuenta de que con un repaso rápido ya se ve la palabra Barcelona o cualquier otra provincia catalana con más frecuencia que la deseada.
Hablamos de 20 millones a Barcelona que irán a parar directamente al Consistorio de Ada Colau. Es una concesión directa del dinero que se ha ejecutado en plena campaña electoral y que ha llamado poderosamente la atención, pero que no es un caso aislado. Hace tan solo un par de semanas, Iceta aprobó también otro envío de dinero en forma de subvención directa por parte del Ministerio de Cultura al Casal Católico de Sant Andreu – Esbart Maragall para realizar algunas reformas. En este caso, el importe elegido por Iceta fue 90.000 euros, poco que ver con esos 20 millones que buscan explotar a la Ciudad Condal como la capital cultural.
TAMBIÉN LOS TEATROS
El ministro de Cultura, Miquel Iceta, es de mantener un perfil bajo. Sin embargo, su gestión, que no suele salir en ningún medio de comunicación, a veces deja entrever ciertos sesgos que no sorprenden a nadie dentro del Gobierno. El ministro ha decidido lanzar una batería de subvenciones para los teatros. El problema es que ese dinero público ha caído exclusivamente en los teatros catalanes. No ha habido ni un solo auditorio a lo largo y ancho del país que haya recibido un euro público en este mes que no sea catalán. Desde el PSOE aseguran que no es la primera vez que el «nacionalismo» latente de Iceta se deja ver en su gestión, pero las subvenciones de noviembre han aclarado que el socialista quiere premiar a los teatros y auditorios de su tierra. Concretamente, quiere destinar 1,65 millones de euros para ayudar a la cultura catalana.
Desde el PSOE insisten en que Iceta se decanta más por ayudar con dinero público a los suyos que a cualquier otro. Desde luego, tiene preferencia por conceder subvenciones a asociaciones catalanas frente a otros. Es una sensación que lleva tiempo dando coletazos por la administración pública y que desde el PSOE no niegan. El problema es que contar con el PSC en el Ejecutivo es un peaje que hay que pagar y todos saben, al menos los socialistas de base, que esta formación asociada al PSOE goza de un catalanismo latente muy presente en todos sus dirigentes. Iceta es uno de los que ha conseguido crecer dentro del PSC a costa de exaltar ese catalanismo moderado que tanto rédito político le ha traído al PSOE en Cataluña. Sin eso, la izquierda no se atreve a crecer.