Hablan los fontaneros de Ferraz: las tres razones por las que Pedro Sánchez adelanta elecciones

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha dormido en toda la noche. El líder socialista ha adelantado las elecciones para el próximo 23 de julio para hacer justo lo contrario que José Luis Rodríguez Zapatero. Son muchas las razones que han llevado a Sánchez a tomar esta decisión: la primera, lanzar el mensaje de que ha escuchado los resultados y ha tomado medidas y asumido consecuencias; la segunda, hacer lo contrario que hizo Zapatero (quien tras la debacle de las autonómicas y municipales aguantó hasta el final aumentando el techo de gasto) y sobretodo, y en tercer lugar, atropellar a Yolanda Díaz para impedir que tenga la capacidad de hacer fuerte su formación.

La vicepresidenta del Gobierno tiene claro que no tiene tiempo suficiente como para organizar Sumar como le gustaría, pero acepta el reto. Lo cierto es que la decisión ha atropellado considerablemente a todos los partidos de izquierdas. El que Pedro Sánchez haya convocado elecciones tiene una clara intención de romper la izquierda. Estos comicios del pasado 28 de mayo han dejado claro que Podemos está en vías de extinción y que la izquierda está en retroceso. Yolanda Díaz tiene un trabajo enorme por delante porque tiene que formar su partido, decidir si confluye con Podemos y ver qué miembros de la formación morada dan el salto en cuestión de semanas. La izquierda está absolutamente rota y Pedro Sánchez ha ahondado en la herida para intentar mejorar sus resultados en el Congreso.

La otra razón por la que Pedro Sánchez ha adelantado las elecciones es por el ejemplo de José Luis Rodríguez Zapatero y sus últimas elecciones. Entonces, el expresidente del Gobierno sufrió una derrota sin paliativos en las autonómicas y municipales y pensó que de este modo podría paliar las consecuencias de las generales. Al mismo tiempo, y mientras apuraba la legislatura completa, aumentó el techo de gasto para dar más subvenciones a los españoles y para intentar mejorar las condiciones electorales con las que se presentaba.

Pero hay más. Pedro Sánchez sabe que el Partido Popular está en unas condiciones peculiares. Solo puede pactar con Vox y con nadie más. Y sin los 176 parlamentarios no podrá hacer nada e incluso podrá abocar al Gobierno a unas nuevas elecciones. El problema se ve en la izquierda. Sumar promete, pero no está consolidado. Podemos se hunde y los partidos nacionalistas se mantienen. En cualquier caso, lo cierto es que toda esta inseguridad deja a la izquierda tan solo un único partido con el que ir sobre seguro: el PSOE.

Por último, Pedro Sánchez ha entendido que tenía que reconocer a los españoles que ha escuchado el mensaje. A nivel interno, han entendido que este adelanto electoral está bien urdido porque creen que los españoles han votado contra Pedro Sánchez, no por el PP. El PSOE estaba pendiente de ver cómo se tomaba la decisión de afrontar esta debacle electoral y la elección del presidente del Gobierno ha sido la más agresiva y radical, pero bien recibida en la formación. El líder socialista ha reconocido así la derrota y de paso ha conseguido que los comentarios sobre el resultado de las elecciones autonómicas y municipales se centre en otro punto: el adelanto electoral. Ahora no hay nadie que hable sobre la derrota del PSOE. Nadie habla del hundimiento de la izquierda. Y todos y cada uno de los ciudadanos está pendiente de las próximas elecciones generales del 23 de julio.

El adelanto electoral ha pillado a todos a contrapié. De hecho, incluso en Génova están visiblemente molestos porque el presidente del Ejecutivo no les ha dado tiempo para regodearse y para recriminar al líder socialista por haber perdido las elecciones. Ya no le pueden decir en el Congreso que tome medidas ante la derrota porque ya lo ha hecho. Y ya nadie le puede recriminar nada porque ha puesto su puesto a disposición de los españoles.