Unión por el Mediterráneo, que engloba a los países ribereños del Mediterráneo, ha exigido medidas urgentes a todos los actores implicados para salvar el delicado ecosistema del Mediterráneo y reducir sus niveles de contaminación por plásticos en el Mare Nostrum, que está especialmente afectado por este problema que amenaza sus especies, sus ecosistemas y la salud de las personas.
Este mar continental apenas representa el 1 por ciento de las aguas de todo el planeta pero concentra el 7 por ciento de todos los microplásticos. Según la UpM se estima que recibe 570.000 toneladas de plástico al año, que equivale al peso de seis Sagradas Familias y se estima que si nada cambia, en 2050 esa cifra se habrá cuadriplicado.
Recientemente, la UpM ha puesto en marcha su apoyo al proyecto TouMaLi, que desarrolla sistemas de gestión de los residuos plásticos en el sector turístico en Marruecos, Túnez y Egipto a la vez que promueve soluciones de economía circular, como la reducción y la reutilización de los residuos inevitables.
Además, también apoya el proyecto Plastic Busters que desde 2013 recoge y analiza los deshechos plásticos en el Mediterráneo, con el foco puesto en las áreas marinas protegidas y las especies amenazadas para ampliar el conocimiento sobre del origen de los plásticos que llegan al mar para ofrecer recomendaciones políticas a los países de la UpM y, al mismo tiempo, sensibilizar a la sociedad civil.
Este proyecto incide en la necesidad de abordar con urgencia el problema de los plásticos de un solo uso, que representan 8 de cada 10 residuos plásticos que se encuentran en el Mediterráneo. En el marco de este proyecto, se han analizado cuatro áreas marinas protegidas del Mediterráneo y 40 especies, y se han encontrado trazas de esos desechos no solo en la superficie y en el fondo del mar, sino también en los sistemas digestivos de muchos organismos acuáticos, desde especies de tortugas marinas hasta ballenas y moluscos.
El secretario general de la UpM, Nasser Kamel, ha destacado que la lucha contra la contaminación por plásticos tiene que estar en el centro de la agenda política de la región, ya que «acaba con la fauna acuática, daña los sistemas naturales y contamina las cadenas alimentarias marinas».
«Dado que el Mediterráneo es un mar continental, cualquier impacto medioambiental en el norte tiene consecuencias en el sur, y viceversa. La UpM está convencida de que una reducción efectiva de los residuos plásticos en el Mediterráneo solo puede conseguirse mediante esfuerzos colectivos y cooperación entre todos los países y la sociedad civil del Mediterráneo«, ha defendido.
A través de su estatus de observador en las Naciones Unidas, la UpN participó en la segunda sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (CIN-2), a quien la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de febrero de 2022 encargó desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante para luchar contra la contaminación por plásticos, incluyendo en el medio marino.