La relación con Manuel Almenar, magistrado con aspiraciones al Tribunal Supremo, y Alberto Núñez Feijoo, se ha disimulado mal en Génova. Fuentes del Partido Popular dejan claro que el líder del PP no es dado a colocar en puestos clave o de responsabilidad a desconocidos por muy recomendados que estén y por muy buen currículum que presenten. Manuel Almenar lleva meses asesorando y ayudando a Alberto Núñez Feijoo en todo lo que tenga que ver con la Justicia, un tema enquistado desde diciembre de 2018. Sin embargo, su sombra se ha dejado notar con más intensidad desde que pasaron las elecciones autonómicas y municipales porque, tal y como cuentan fuentes del PP, «tantea» la posibilidad de llegar al Ministerio de Justicia.
Almenar tenía claro que su carrera pasaba por el Tribunal Supremo, pero el ascenso de su amigo Alberto Núñez Feijoo ha cambiado por completo las expectativas. Ahora mismo, el líder del PP solo mantiene una buena relación con algún que otro vocal conservador del Consejo General del Poder Judicial en cuanto a expertos juristas se refiere. Y no es que tenga una agenda muy extensa de personas de confianza con un buen currículum para ocupar un ministerio como el de Justicia, que tiene pendiente intermediar en la renovación del Consejo General del Poder Judicial así como lidiar con otros asuntos clave para el Gobierno. Manuel Almenar está en una posición privilegiada y su nombre ha sonado con mucha fuerza en Génova desde el principio, pero más ahora que se acercan unas elecciones que pronostican un buen resultado para el bloque conservador.
El juez Manuel Almenar siempre ha sido discreto. No ha querido destacar demasiado en cuanto a su relación con Alberto Núñez Feijoo se refiere. Sin embargo, ha sido un esfuerzo inútil si se ponen los oídos en Génova, donde han asumido que ahora mismo es la mejor opción de Alberto Núñez Feijoo para ser su ministro de Justicia. La decisión del presidente del PP de confiar en exceso en este juez recuerda un poco a la de su antecesor con el magistrado Alejandro Abascal. La diferencia es que Alberto Núñez Feijoo está muy cerca de alcanzar sus metas y Almenar es un juez de reconocido prestigio que no traería discusión con su nombramiento; y menos después de la gestión «épica» (entiéndase la ironía) que la actual ministra de Justicia, Pilar Llop, está dejando encima de la mesa.
Manuel Almenar tiene un currículum intachable a nivel jurídico que ningún cargo político interno podría reprochar, pero sobretodo cuenta con la confianza total y absoluta de un Alberto Núñez Feijoo que tiene problemas para establecer su red dentro del PP… y más cuando se trata de salir de Galicia a la hora de hacer nombramientos de confianza. Almenar lleva tiempo coqueteando con la idea de que Feijoo sea presidente del Gobierno, pero sus pretensiones siempre han estado ligadas con llegar a ser magistrado del Supremo, no con llegar a la política. Pero ahora mismo en Génova suena su nombre con más fuerza que ninguno para ser el próximo ministro de Justicia. La buena noticia para el magistrado es que no será difícil mejorar la gestión de su antecesora, tal y como comentan entre broma y broma tanto en el PP como en el Consejo General del Poder Judicial.