PP y Vox emprenden la guerra más dura: eliminar la exigencia del catalán

PP y Vox materializan un pacto histórico en Valencia y Baleares. Sendos acuerdos no consisten en un mero reparto de sillones, como se ha venido diciendo hasta ahora, sino que tratarán de poner fin a la imposición del catalán en la vida pública, especialmente en las instituciones y en los centros educativos. «Serán las familias quienes escojan la educación para sus hijos. No habrá más imposición del catalán», aseguran fuentes de Vox en Valencia.

La libre elección de la enseñanza es uno de los pilares en los que se han basado los votantes de Ciudadanos, una bandera que enarbola Vox como propia. De esta forma, el español recuperará terreno en todos los ámbitos de la escuela pública, mientras que el valenciano o el resto de lenguas habladas en las Islas Baleares quedarán a expensas de las preferencias de las familias.

ppcv mazon vox Moncloa

«Será el verdadero termómetro para conocer si las familias quieren escoger entre valenciano o catalán o el castellano», según señalan las mismas fuentes. El catalán o valenciano no se pone en peligro, como aseguran los nacionalistas y el PSOE, sino que se deja de imponer una dictadura lingüística donde el español es relegado a una lengua extranjera, como ocurre en Cataluña.

LAS FAMILIAS PODRÁN ESCOGER EL ESPAÑOL EN LA ESCUELA CON EL ACUERDO DE PP Y VOX

El Gobierno de Pedro Sánchez no tiene competencias y el Tribunal Constitucional respaldó que el español pueda ser retirado de las aulas, pero no tenían en cuenta un cambio de signo político en los gobiernos autonómicos.

El tribunal político entendió que la ley respeta el derecho a usar el castellano en las aulas y afirmó que debía buscarse un equilibro entre las lenguas cooficiales. Sin embargo, los nacionalistas y el PSOE han negado la mayor, imponiendo las lenguas cooficiales en las aulas, así como en las comunicaciones.

el español recuperará terreno en todos los ámbitos de la escuela pública

Desde Cataluña, la Generalitat ha puesto a todo su aparato político y altavoces mediáticos a toda máquina para alertar de este pacto, acusando de «catalanofobia» a las familias que buscan ejercer su derecho a escoger la lengua en la aprendan sus hijos, un derecho que se les impide ejercer en Cataluña, donde el catalán es la lengua vehicular en la enseñanza e incluso las calificaciones de los pequeños dependen en gran medida de si hablan o no en catalán, tal y como ha podido corroborar este medio en los últimos cuatro años.

CATALUÑA VE EL PACTO COMO UN ATAQUE Y PONDRÁ RECURSOS A LOS CHIRINGUINTOS

La Generalitat endosará así sus recursos públicos para entregárselos a sus chiringuitos lingüísticos en Valencia, en vez de preocuparse en mejorar la comprensión lectora de los alumnos catalanes, situándose a la cola de España, mientras afirman que la inmersión lingüística es un «modelo de éxito».

El acuerdo de PP y Vox no es ningún ataque a ninguna lengua. Es acabar con una dictadura para tratar de agradar aún más a los estómagos agradecidos de los chiringuitos. Por ahora, Vox no tocará las emisiones de TV3 en Valencia, pero no sería la primera vez que sucediera este hecho.

La confrontación con la política catalana no ha hecho más que empezar tras los resultados de las pasadas elecciones municipales y autonómicas. La Generalitat trata de hacer creer que es un ataque al catalán, incluso hacerlo desaparecer del mapa. No obstante, quien ha conseguido borrar del mapa institucional y educativo al español es el propio Ejecutivo catalán, donde existen políticos que se niegan a responder en castellano a las preguntas de los periodistas.

EL PP DE MAZÓN Y VOX DA EL ESTACAZO AL NACIONALISMO CATALÁN

La Generalitat, sin competencia alguna sobre Valencia y Baleares, afirma que «no lo permitirá». Está aun por ver cómo lo hará y cuántos millones se gastará en sus subvencionados chiringuitos para poder impedir que el español vuelva a las aulas valencianas y de Baleares con normalidad.

Esta batalla también la dará el PP de Valencia, con Carlos Mazón al frente. En concreto, los ‘populares’ desmantelarán los chiringuitos creados para vigilar a profesores y alumnos, así como la Oficina de Derechos Lingüísticos, y los asesores convertidos en comisarios políticos para velar por el uso del catalán en las escuelas.

De esta forma, se derogará toda ley que imponga la lengua vehicular sobre el español, como ha venido haciendo el PSOE y Compromís en los últimos ocho años. Asimismo, eliminará cualquier atisbo de ideología de las aulas, un acuerdo que abre la puerta de par en par a implantar el pin parental, es decir, el permiso de los padres para que los alumnos puedan acudir a ciertas charlas y actividades que se imparten en la escuela. Esta es la gran guerra esperada por Vox, una batalla contra todo el nacionalismo.