Juan Lobato lava la cara al PSOE-M con perfiles como Jesús Celada y entierra a los «eternos» socialistas

El secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, ha hecho una carrera express para mantener los galones en el partido. Tanto es así, que no solo ha mejorado las cifras de Ángel Gabilondo, sino que en poco más de un año ha conseguido darse a conocer, dar un giro de 180 grados al partido a nivel interno y remontar una virtual victoria arrasadora de Mónica García (en la izquierda) que habría dejado al PSOE tocado. Sin embargo, Lobato se ha impuesto y está preparando su ejecutiva dando alas a perfiles con mucha trayectoria como Jesús Celada, quien ya ha sido nombrado portavoz adjunto ante los recelos de los «sedimentos» socialistas que llevan años en la Asamblea sin que ningún candidato sepa muy bien quién los ha colocado ahí.

Los pasos de Lobato son discretos, pero firmes. Las listas las ha formado el candidato sin que Santos Cerdán (sorprendentemente) se metiera en quién debía ser el número de turno. Solo se ha colado una íntima amiga de Begoña Gómez, Manuela Villa, que no tendrá ningún papel especialmente relevante a excepción de cobrar un sueldo público. Lo demás es un equipo joven, renovado, que ha despertado recelos entre la vieja guardia socialista. El nombramiento de Jesús Celada como portavoz adjunto es toda una declaración de intenciones. El que un perfil como el de Celada tenga un papel relevante en la Asamblea ha dejado las cosas claras en el PSOE de Madrid donde ya ven que Lobato ha tomado las riendas del partido. Es la primera vez en años que Moncloa no toma el control del PSOE de Madrid. Y ahora hay cuatro años por delante que lo dejarán ver.

El PSOE de Madrid prevé cambios. La línea ideológica la impondrá Juan Lobato y su equipo. Los portavoces y la estrategia de oposición también. Y todo ante un equipo renovado que ya no cuenta con esos anquilosados socialistas que llevan desde tiempos inmemoriales cobrando un sueldo público y que sobretodo no saben lo que es el sector privado. Para muchos de estos socialistas, buscarse la vida es un concepto de ficción. Pero la buena noticia para el PSOE-M es que Lobato ha dado un golpe encima de la mesa y ha impuesto una línea de acción distinta. Todos los nombres de la lista, excepto de de la amiga de Begoña Gómez, son el equipo elegido por Juan Lobato. Y quienes tendrán voz y voto no serán los paracaidistas del PSOE, sino personas como Jesús Celada.

Ahora mismo el trabajo del PSOE de Madrid es el de convertirse en líder de la oposición. Hasta ahora, el excesivo ruido de Más Madrid había convertido a Mónica García en la referente de la izquierda en Madrid ante un Ángel Gabilondo que no le habría venido mal un poco más de sal. Sin embargo, en menos de un año Lobato ha sido capaz de contener el ascenso de Mónica García e incluso mantenerle el tipo con el resultado electoral. Y todo ello contando con que la mayoría de los votantes fue a las urnas en clave nacional, es decir, que no votaron contra Lobato, sino contra Pedro Sánchez. No es sencillo el trabajo que viene por delante, pero el PSOE espera cambios importantes en la dirección de su delegación madrileña, históricamente bajo el control de Moncloa.

La única mala noticia para la administración de Lobato es que hay muchos socialistas molestos con la nueva dirección que ha tomado el partido. Esa forma de romper con la dinámica del pasado ha gustado y decepcionado a partes iguales en el PSOE de Madrid. Gustado a quienes esperaban un Partido Socialista nuevo que haga las cosas de forma diferente para recuperar cifras y decepcionado a la vieja guardia socialista que de momento solo se dedica a filtrar información sesgada sobre los nuevos socialistas que han venido de la mano de Juan Lobato para cambiar la dirección que hasta ahora ha tomado el PSOE de Madrid.