La empresa Flixbus ha solicitado su derecho a rectificación, cuya publicación se puede encontrar en este enlace.
Del «horror, nunca más» al «los conductores son unos bordes». De dejar tirados a dos personas mayores en Italia para marcharse sin ellos en una parada técnica para orinar, a llevar sin ir al aseo a todos los pasajeros de Barcelona a Montpellier. Las historias son interminables, pero cuando no se pierden en el trayecto, esta empresa da mucho que hablar. Los servicios de Flixbus es de los peores valorados en el mercado, tal y como se puede comprobar en Truspilot.
Llama la atención que sea esta empresa la que esté presionando a nivel empresarial para que el Gobierno liberalice el mercado de los autobuses para convertirlo nada menos que en otro ‘caso Uber’ que haga que los municipios menos habitados corran el riesgo de perder transporte. Sin embargo, un paseo por las reseñas, de las cuales el 60% son «muy malas», deja clara la radiografía de cómo funciona el Cabify de los autobuses. En el sector del transporte están preocupados por su irrupción, pues tal y como se ha visto en otros países es nefasto para algunas cuestiones. Pero parece que las valoraciones de los clientes son más que suficientes para dejar claro cómo funciona la empresa de Flixbus.
«Estoy haciendo la ruta Gante -Amsterdam y estoy pasando miedo. El conductor será muy bueno pero no deja de hablar con el móvil y de comer pipas», reza una de las valoraciones en Trustpilot. «Salen a la hora que se les antoja, los chóferes no hablan ni alemán en Alemania (ni inglés, claro…), te roban el equipaje del maletero del autobús y ni te contestan las reclamaciones», detalla otro. No hay que olvidar que el 60% de las más de 8.100 valoraciones que hay son de una estrella de cinco (y hay que poner eso como mínimo para que la aplicación te deje poner el comentario).
«Pongo una estrella y porque hay que poner algo. Viajando desde Montpellier hasta Barcelona un viaje de (4:40 horas), cuando subimos al autobús, el conductor sin dar ningún tipo de información ni nada por el estilo, empieza su viaje, pasado una hora y media de camino, pregunto al conductor que si los baños están disponibles», comenta otra afectada por los conductores de Flixbus. «Me responde que están cerrados, cosa totalmente entendible, hasta aquí más o menos bien, el problema empieza cuando, le pregunto que dónde va hacer la parada para ir al aseo, etc.. a lo que me contesta de muy malas maneras y tomo un poco intimidante, que; él no va hacer ninguna parada, y que si quiero bajar al baño que es mi responsabilidad que probablemente cuando vuelva ya no está». Pero las hay mucho más graves (y sin respuesta por parte de la empresa.
«Hoy, 5/11/2021 mis padres han cogido un Flixbus en el aeropuerto de Venecia con destino a Trieste. A mitad de camino el chófer decide parar (por lo que parece tenía que recoger unas bolsas en una estación de servicio) y les dice a los pasajeros que tienen 10 minutos para ir al baño. Mis padres bajan y, cuando aún no han pasado los 10 minutos, salen y el autobús se ha ido con sus maletas dentro», detalla otra. «Después de mil llamadas al número de emergencia, después de ir YO personalmente a la estación de Trieste a esperar el bus y recoger las maletas», concluye.
Desde luego, la empresa tiene muy difícil levantar su imagen en el mercado. Sin embargo, los fichajes de Flixbus parecen indicar que quieren dar guerra y sobretodo contribuir a liberalizar el mercado lo antes posible para así poder abaratar unos euros la tarifa con las consecuencias que esto puede tener. Desde el consorcio de transportes hay voces que aseguran que liberalizar el mercado dejaría completamente desatendidas las zonas más rurales por no ser rentables para este tipo de empresas. Pero, visto lo visto, quizá podrían perderse los conductores de camino a estos pueblos. No hay que olvidar que buena parte de las reseñas están centradas en casos en los que los chóferes se pierden de camino a su destino.
