Feijoo ‘quema’ Extremadura para escenificar el choque con Vox y rascar voto útil

El Partido Popular ya tiene una estrategia. Otra cosa es que sea mejor o peor. De momento, desde Génova, que no de la cúpula fagocitada por el clan gallego, no ven con buenos ojos los pasos que está dando Alberto Núñez Feijoo al darle todo su apoyo a María Guardiola, candidata del PP en Extremadura, para romper con Vox y abocar la región a una repetición electoral. El plan que tiene Feijoo es conocido por todos, pero calificado como «torpe» por más de un popular. La idea es utilizar Extremadura como escenario en el que poner en relieve la ruptura con Vox y relanzar el mensaje de que no gobernarán con Santiago Abascal. Desde la cúpula del Partido Popular esperan recuperar ese «voto útil» que dé más fuerza a un Feijoo que roza los 150 diputados según las encuestas. Pero no son muy optimistas en Génova.

María Guardiola es la primera que saldrá quemada. El recuperar un discurso más propio de Irene Montero para justificar por qué no deja a Vox entrar en las instituciones extremeñas no ha sido un mensaje muy acertado, a ojos del PP. La candidata del PP en Extremadura está muy estigmatizada después de haber tomado la decisión de ir al choque con Vox. Pero más ha sorprendido en el Partido Popular que Guardiola haya recibido el visto bueno de Alberto Núñez Feijoo para mantenerse firme en este punto. El problema es que todo es una estrategia del presidente del PP que no convence a nadie. Quiere convertirse en la única alternativa a Pedro Sánchez.

Alberto Núñez Feijoo está obsesionado con gobernar en coalición con Vox. Está decidido a que Santiago Abascal le dé su apoyo de forma completamente gratuita o como mucho alcanzando un pacto programático sobre temas concretos relacionados con la economía, principalmente. El problema es que el presidente quiere quemar Extremadura para ver cómo funciona eso de romper con Vox y para ver si sirve de escenario para mandarle a sus vecinos de la derecha un mensaje: se mantendrán firmes e irán hasta el final para que Vox no entre en las instituciones. Con este proyecto en marcha, Feijoo espera que el voto útil infle más las expectativas electorales del PP. Si Vox no es una opción para radicalizar al Partido Popular, solo queda la formación de Feijoo.

Esta estrategia parte de la base de la repetición electoral en Extremadura, algo que María Guardiola ya ha asumido con alegría mientras defiende los derechos de los LGTBI. Feijoo quiere que el PP tenga más opciones pero sobretodo quiere gobernar en solitario. Antes prefiere que el PSOE apoye sus pretensiones políticas con un cheque en blanco para que no llegue Vox al Ejecutivo que tener que contar con Santiago Abascal como vicepresidente del Gobierno y con Jorge Buxadé como ministro. Lo cierto es que desde Vox tienen claro que exigirán asientos para un Gobierno de coalición. Con Extremadura cree que los españoles se asustarán y se irán a los brazo de Alberto Núñez Feijoo. Pero en el PP no tienen tan claro que la estrategia tenga sentido.

En Génova están visiblemente molestos con este pacto que han acordado tanto María Guardiola como Alberto Núñez Feijoo al margen de todo el partido. Ahora mismo mantienen un canal privado en el que hablan sobre los pasos a seguir en Extremadura. En la cúpula de Génova saben que entregarán el poder por completo a Guillermo Fernández Vara, pero es preferible esto a conseguir un puñado menos de votos en las generales. Ahora mismo, para Feijoo es preferible conseguir diez diputados más en el Congreso que conservar Extremadura en coalición con Vox. Algo que parece un disparate para la mayoría, pero que cuadra en el clan gallego.