Se llama Ignacio Eduardo Ramos Delgado y hasta ahora ha ligado su trayectoria profesional a Podemos por la gracia de su pareja y la secretaria general del partido, Ione Belarra. El problema es que el «poder» de la diputada, ahora número cinco de la lista de Sumar, se ha visto muy mermado y «Nacho», como le conocen en el partido, no tiene claro si seguirá ligado al grupo para percibir un sueldo de unos 2.000 euros al mes limpios. Desde el partido de Yolanda Díaz aseguran que la vicepresidenta del Gobierno quiere dar alas a perfiles que hasta ahora han pasado desapercibidos en Podemos. Pero sobretodo quiere dejar atrás esos culebrones del chalet de Galapagar y de la agencia de colocación que montó Pablo Iglesias dentro de su partido. Nacho Ramos no tendrá tan fácil permanecer con un sueldo público del partido, por muy «discreto» que sea.
Su trayectoria política ha pasado sin pena ni gloria por Podemos. De hecho, lo más reseñable que ha hecho es entrar como asesor en el Congreso de los Diputados con un sueldo de 29.000 euros anuales brutos desde el mismo momento en el que su pareja llegó a convertirse en la secretaria general de Podemos. En las negociaciones con Sumar, Nacho Ramos ha tomado partido por los seguidores de Irene Montero. En cierto modo puede tener sentido dado que le va la vida profesional en ello. Sin embargo, desde Sumar aseguran que quieren desprenderse de todo este tipo de informaciones basadas en «tiempos pasados» de la formación morada. El veto a Irene Montero fue toda una declaración de intenciones y desde el entorno de Díaz aseguran que ven «complicado» que Nacho Ramos vuelva al Congreso.
La pareja de Ione Belarra ha mantenido un perfil muy discreto en el partido. Ni siquiera su sueldo es demasiado alto, dadas las experiencias pasadas en la formación morada. Quién no recuerda que ese ascenso meteórico de Tania Sánchez cuando era pareja de Pablo Iglesias para después, en plena ruptura, acabar detrás de una columna en el Congreso de los Diputados y dejar paso a una Irene Montero que llegó directamente a ser ministra de un ministerio inventado. En Sumar quieren acabar con este tipo de cosas. Cuando Nacho Ramos se convirtió en asesor del grupo lo hizo de la mano de Pablo Echenique previa petición de favor de Ione Belarra. Ahora lo tendrán más complicado porque Yolanda Díaz solo dará protagonismo en Sumar a perfiles como Nacho Álvarez, hasta ahora algo más desconocidos.
Ione Belarra mantiene un perfil bajo mientras su pareja se dedica a compartir en redes los lamentos de la ministra de Igualdad, Irene Montero, por haber sido vetada en las negociaciones. Lo hace porque sabe que ese ritmo de vida y ese partido que estaba en manos de su pareja ya se han acabado y le costará colarse ahora mismo como asesor en el Congreso una vez más. Hasta ahora había mantenido un perfil discreto y seguirá en la misma línea. Pero en Sumar le tienen cogida la matrícula. Nacho Ramos es de la misma escuela de Podemos, esa por la cual salen del ambiente académico al del activismo político sin pasar por el sector privado a trabajar o a cotizar.
Esto es un pequeño drama para Nacho Ramos y para Ione Belarra entre otras cosas porque ya llevan tiempo mirando otras casas en zonas más tranquilas. Aún así, no hay que dar por perdido a un Podemos que espera que tengan cierta capacidad para colocar a los suyos. Y una Ione Belarra de número cinco tiene posibilidades de repetir como ministra siempre y cuando den los números y así lo permita Yolanda Díaz. Lo que no está tan claro es si Nacho Ramos tendrá la capacidad de colarse una vez más entre los miles de asesores del Gobierno para que todo el dinero público quede en casa.