Crece la inquietud en Sumar por la campaña de brazos caídos que prepara Podemos

El veto de Yolanda Díaz a Irene Montero no imposibilitó el acuerdo entre Sumar y Podemos para el 23J, pero sí que dejó unas heridas que previsiblemente van a conllevar que la formación morada haga una campaña de brazos caídos similar a la de las últimas elecciones andaluzas.

Es cierto que en Podemos creen que ellos nada tienen que ver en el pinchazo del discurso que decía que Díaz podía convertirse en presidenta, que fue una teoría alentada desde La Moncloa y medios afines al PSOE.

El gurú demoscópico Narciso Michavila ya advirtió hace meses de la «burbuja» que existía en favor de Yolanda Díaz, que en su mejor momento político no tendrá fácil siquiera igualar los 35 diputados que en noviembre de 2019 obtuvo un ya desgastado Pablo Iglesias.

ENFADO

Iglesias ha pedido por activa y por pasiva que Sumar levantase el veto a Irene Montero. El exvicepresidente aseguró que «ojalá Yolanda escuche hoy a quienes le están diciendo que rectifique. Ojalá escuche a los que le dicen que está decepcionando a demasiada gente a cambio del buen trato que hoy le siguen dispensando los medios».

El fundador de Podemos dice que «esos medios ven cumplido su objetivo de sacar a Irene Montero de las instituciones y no pueden disimular su entusiasmo al verla sacrificada por los partidos a los que Podemos llevó al gobierno y por la vicepresidenta cuyo nombramiento propuso al presidente quien esto escribe, que es además la pareja de Irene Montero. Es lógico que nuestros enemigos disfruten; Yolanda les regala un final de temporada inigualable».

Iglesias cree que «Yolanda está imponiendo su visión sin contemplaciones, confiada quizá en los apoyos mediáticos. Se equivoca al hacerlo. Para ganar el poder en la izquierda no hacía falta golpear así a una figura crucial de la izquierda y del feminismo que ha demostrado algo poco frecuente en política y necesario para la izquierda: valentía. Yolanda aún está a tiempo de rectificar. Ojalá lo haga».

DE PERFIL

Izquierda Unida se ha puesto de perfil ante el veto que ha sufrido Montero. Alberto Garzón no ha querido mojarse sobre este asunto: «No he estado en las negociaciones específicas y no puedo entrar en la valoración. Sí creo, desde mi óptica ética que describía anteriormente, que todos los que no vamos a estar en esa lista seguimos siendo activos de izquierdas, importantes para el presente y para el futuro. Y que las listas se han configurado en unas negociaciones donde siempre hay demandas y hay cesiones y el resultado es el que conocemos».

El coordinador general de Izquierda Unida y ministro de Consumo afirma que «el hecho de no estar en la política institucional no suprime el valor que tiene ninguna de las personas que finalmente no vamos en esas listas electorales».

POSTSANCHISMO

Algunas voces en Podemos ya piensan en reconstruir la izquierda alternativa tras el previsible final de Pedro Sánchez al frente del Gobierno. Juan Carlos Monedero dice sobre el veto que la «generosidad» de los morados al aceptar el veto «permite a Podemos, y en concreto a Ione Belarra e Irene Montero, intentar la reconstrucción de la franja morada después de las elecciones del 23 de julio».

«Cuando termine la campaña electoral, donde Podemos tiene que darlo todo apoyando a Sumar y a Yolanda Díaz, deberá empezar a dedicarle tiempo a organizarse como partido-movimiento. No repetir el error de juntar cuadros institucionales y cuadros del partido, ganarse, a fuerza de argumentar y debatir, que las ideas del partido sean las que expone la dirigencia y no las que vengan de fuera, recorrer todo el país pueblo a pueblo, escuchar a los círculos como la parte más democrática de la organización, interceder en las disputas en los territorios sin expulsar a nadie, aprender a desterrar la soberbia y a decir ‘me he equivocado'», afirma el profesor.