Por primera vez en la historia del Ministerio de Trabajo, los inspectores de su plantilla convocaban la semana pasada la primera huelga indefinida del departamento, después de haber denunciado en diferentes ocasiones el silencio por parte de Yolanda Díaz. Pero pocos días después de anunciar el parón de los trabajadores, los sindicatos lo desconvocaron «hasta las elecciones» por lo cuestiones, aseguran, de «responsabilidad». Sin embargo, mientras que el ministerio de Trabajo consigue anular el ruido de los inspectores, sin cumplir un pacto que firmaron en 2021, Díaz invertirá casi medio millón de euros en renovar el sistema informático y en servicios de mantenimiento de los equipos de su sede.
Desde que Yolanda Díaz comenzó como Ministra, la Inspección de Trabajo ha vivido un aumento de funciones, debido a la implicación de la ministra en el cumplimiento de la Ley Laboral y al posicionamiento de la figura del inspector como un actor del control de la situación laboral en España. Así, el Consejo de Ministros aprobó en 2021 en Plan Estratégico de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social 2021-2023, con el no solo cambiaban la dirección del oficio de los inspectores, asegurando que «ahora ponía el foco en la recuperación de derechos laborales y la mejora de la calidad del empleo», sino que también definían las nuevas condiciones que les esperaban a estos trabajadores.
Sin embargo, ha llegado el último año de ese Plan Estratégico promovido por Díaz y los inspectores de trabajo no han encontrado la mejora prometida en sus puestos de trabajo, a pesar de multiplicar por dos la cantidad de inspecciones. Así, en mientras que en 2020 los inspectores visitaron 352.910 centros de trabajo, en el 2021 la misma plantilla realizó 663.277 visitas. En este sentido, Yolanda Díaz sí cumplió el Plan Estratégico que firmaron ese año, pero esta implicación de los funcionarios no fue recompensada con la parte que les afectaba a ellos en cuanto a mejoras estructurales, salariales y de medios. Es ahora, a poco de que finalice el año y a menos de 15 días de las Elecciones Generales, que la ministra ha invertido medio millón de euros en la renovación de unos medios que prometió renovar en 2021.
Calidad laboral, pero fuera de las puertas del Ministerio de Trabajo
La mejora salarial y contractual de la población activa ha sido uno de los principales objetivos que ha perseguido Yolanda Díaz durante sus casi cuatro años al mando de la administración. Sin embargo, es una mejora que no se ha visto reflejada en los encargados de conseguir que sus objetivos se cumplieran. Los inspectores de trabajo han llegado al punto de convocar la primera huelga de este colectivo en la historia del país ya que a pesar de la promesa de Díaz de aumentar la plantilla hasta 2.332 trabajadores, la realidad es que en 2022 la Inspección estaba compuesta por tan solo 1.015 inspectores pero trabajando el doble de años atrás.
Ante la falta de compromiso por parte de la administración de Trabajo, los funcionarios iniciaron sus movilizaciones a finales de 2022. Ya entonces, los sindicatos aseguraban que no podían «dar un buen servicio» pero que sus reivindicaciones se topaban «con un silencio» que «les preocupaba». A pesar de llevar a cabo varias huelgas, seis meses después los funcionarios no han encontrado la solución a un organismo que consideran «colapsado». Así, los representantes sindicales han asegurado a la prensa, tras paralizar la huelga indefinida, que «se ha jugado con la Inspección de Trabajo» y que ha sido «utilizada con fines partidistas».
Inspeccionar la Inspección de Trabajo
Teniendo en cuenta que Yolanda Díaz está llegando tarde a sus promesas, que no ha ejecutado el Plan Estratégico que su equipo elaboró y que los inspectores de trabajo no han conseguido que se valoren sus reivindicaciones, la situación cumple todas las características para que hubiera una inspección dentro del mismo organismo. De hecho, el grupo sindical desconvocó la huelga indefinida porque La reunión del comité ejecutivo de la Comisión Interministerial de Retribuciones (CECIR) en la que se debía aprobar las reclamaciones de las demandas de la plantilla, no se llegó a realizar a pesar de que les prometieron que así sería.
Sin la aprobación en esta reunión, la huelga ininterrumpida perdió el sentido por la paralización que supone que no se aceptaran sus demandas y los sindicatos desconvocaron una decisión que había sido apoyada por casi el 75% de la plantilla. A esto hay que sumarle que los propios trabajadores aseguraron en febrero que estaban trabajando «50 horas a la semana», una jornada que se escapa de la legalidad y que no encaja dentro de lo que ellos mismos se encargan de perseguir. Por ello, aunque Yolanda Díaz contrate un mantenimiento de servicios y una nueva gama de ordenadores para Inspección, sus trabajadores tienen claro que la ministra no ha cumplido las promesas laborales que había preparado para ellos.