Varios colectivos feministas de Extremadura han mostrado su rechazo al acuerdo de gobierno entre PP y Vox que convertirá previsiblemente este viernes a la ‘popular’ María Guardiola en la primera presidenta de la región.
En concreto, apuntan hacia el punto número 46 del citado acuerdo, en el que se recoge la defensa de los derechos de las familias, y en el que se aboga por desterrar los discursos machistas, el cual estas asociaciones interpretan como un rechazo a la existencia de la violencia machista.
La Plataforma 8M Badajoz, Mujeres Libres y Plataforma 8M de Mérida; la Plataforma 8M Almendralejo; y la Plataforma feminista de Plasencia manifiestan así su «profundo rechazo» a los acuerdos que «niegan o directamente ni siquiera nombran las violencias machistas».
Para estas plataformas, que se autodefinen como «apartidistas», la «existencia y causas del patriarcado no es discutible», así como entienden el feminismo como «un movimiento político, social y cultural, que busca crear conciencia y condiciones para transformar las relaciones sociales, lograr la igualdad entre las personas, y eliminar cualquier forma de opresión o discriminación contra las mujeres«.
Para este movimiento, la negación de la existencia de las violencias hacia las mujeres por el hecho de serlo «no denota más que un alejamiento de la realidad» de la sociedad, según recoge el manifiesto.
Por ello, cuando leen estos mensajes de «rechazo y negación», se sienten «perplejas y enfadadas», porque cuando han vivido la violencia machista en primera persona o con compañeras, vecinas, madres, hermanas o amigas, es «totalmente imposible que nos quepa la más mínima duda de su existencia y experimentamos una pena profunda y un enfado lleno de rabia».
Para estos colectivos, el objetivo de esta negación es volver a «eufemismos» como violencia doméstica o familiar, asesinatos pasionales», entre otros, obviando así la «fuente de esas violencias y dando pasos atrás en la lucha por erradicarlas».
Por todo ello, las firmantes del manifiesto denuncia que este acuerdo es «un ataque directo al feminismo», al tiempo que muestran su preocupación con que el «modelo de región que quieren construir» sea el unos «señoritos explotadores, toreros, cazadores por diversión y puteros; que no se preocupan por esta tierra ni por la gente que la habita«.