El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha conseguido sacar de sus casillas a buena parte de los miembros del PSC, empezando por Salvador Illa (quien aspira a sustituirle en un futuro) por el mensaje que ha lanzado en la última entrevista de la campaña electoral. Para Sánchez, no habrá ningún referéndum ni ninguna consulta por la autodeterminación de Cataluña. Así de contundente lo ha soltado en una última entrevista que ha dado en RTVE para aclarar los puntos más controvertidos a días de las elecciones. Empezando por los peajes y acabando por la independencia y el referéndum, Sánchez ha soltado un discurso preparado la noche del jueves que le ha traído críticas por parte del PSC. Y todo tiene que ver con que los socialistas catalanes se han comprometido a celebrar una consulta si están en el Gobierno tras el 23-J.
El líder socialista no ha escuchado a nadie más que a su personal más estrecho de Moncloa ni ha tenido en cuanta los compromisos previos con otras partes del PSOE. El presidente del Gobierno tenía más que asumido que tenía que depurar su último discurso antes de las elecciones. No ha tenido en cuenta ningún contrapeso, ningún pacto previo ni ningún acuerdo verbalizado con compañeros de partido. Peo ha llamado especialmente lo mal que ha sentado en el seno del PSC las palabras de Pedro Sánchez en relación con la consulta. Fuentes del PSOE dejan claro que los socialistas catalanes, empezando por Miquel Iceta, ministro de Cultura, y Salvador Illa, exministro de Sanidad, ya se han comprometido incluso con ERC y con Junts per Catalunya a forzar una consulta que se celebraría después de estas elecciones. No se detalló si sería o no vinculante, pero lo cierto es que las palabras de Sánchez en RTVE han dado un vuelco total a lo esperado por el PSC.
El presidente del Gobierno ha calificado el independentismo como una “ideología caduca” y ha rechazado de plano que se vaya a celebrar una consulta por la independencia en Cataluña: “El independentismo pedía la amnistía y no la ha tenido. Lo que ha tenido son indultos condicionados”, ha detallado ante una Silvia Intxaurrondo mucho menos agresiva que con Alberto Núñez Feijoo. Estos comentarios no han gustado nada en el PSC, que tiene una clara vertiente nacionalista, y ha generado críticas internas porque reconocen estas fuentes del PSOE que el presidente del Ejecutivo es un «oportunista» que no pierde la ocasión de ganar puntos aunque para ello tengan que criticarse a sí mismo.
El presidente del Gobierno se pasó toda la noche del jueves en un gabinete de crisis que le llevó además a dejar tirada a Susana Griso para tener bien atado el discurso de cierre de la campaña. Quedaron temas pendientes, como su futuro con el independentismo o directamente la imposición de los peajes obligatorios. Y gracias a RTVE pudo lanzar su discurso sin trabas tal y como lo habían acordado la noche anterior tanto Sánchez como sus asesores más estrechos de Moncloa. Esta decisión ha sido aplaudida por el PSOE, pero muy criticada a nivel interno por las partes afectadas.
Lo de los peajes ha quedado en un «pelearemos por que no se impongan desde Bruselas», pero sobre ese referéndum que tendrá que poner encima de la mesa sí o sí si quiere el apoyo de ERC para la investidura (y todas las encuestas parecen indicar que sí) ha reabierto todas las heridas y ha dejado claro que no se hará. Luego vendrá el cambio de opinión, que no mentira, pues desde el PSC tienen claro que sí que se celebrará el referéndum. Lo que no detallan es si será vinculante o no.
