Puigdemont usa a Míriam Nogueras para bloquear el Congreso

Carles Puigdemont se juega más que su sillón en Bruselas. El expresidente de la Generalitat busca la heroica para ser decisivos en el Congreso de los Diputados y poder bloquear cualquier investidura o formación de Gobierno. La fortaleza del fugado reside en la persona de Míriam Nogueras, su adaliz y mano derecha, para dirigir Junts desde Cataluña.

Nogueras, al contrario que muchos jóvenes, no empezó en la política de base. Lejos de ello, viene del sector privado y no precisamente de empleos de cuello blanco, sino de carnicera y camarera, como también siendo empresaria en comercio. Nogueras tuvo a Jordi Turull como jefe en 2015, un fichaje para el Congreso de los Diputados en 2015, a las ordenes de Francesc Homs. Dos años después, el Tribunal Supremo condenó al jefe de JxCat a la inhabilitación por desobediencia.

En un principio, Nogueras formó parte del PDeCat, formación que también se presenta a estas elecciones generales con Roger Montañola al frente. La postconvergente era vicepresidenta de la formación, pero no estaba en su salsa ni al cobijo de la línea dura, sino enfrentada con la parte moderada. Fruto de estas disputas internas y sin mostrar la línea dura, Nogueras salió de la formación para pasarse de nuevo del lado de Puigdemont.

NOGUERAS EJECUTA LAS ÓRDENES DE PUIGDEMONT

El expresidente de la Generalitat da las órdenes y Nogueras las ejecuta con precisión, con una posición inamovible y férrea, la indicada para quienes exigen el indulto y la vuelta para Puigdemont, aunque no ha sido condenado por delito alguno, hecho indispensable para recibir la bula del Gobierno de Pedro Sánchez.

Junts ve "de chiste" la mesa de diálogo con Cataluña
Miriam Nogueras (Junts) representa la línea dura de Carles Puigdemont

Los de Puigdemont, con Nogueras como cabeza de lista, buscan mantener la tensión y la confrontación y lo tendrán más fácil con un Gobierno del PP de Alberto Núñez Feijóo si Vox finalmente entra en el Ejecutivo. Este escenario es el ideal para los irredentos, que buscan la radicalidad y mantener la presión a toda costa. No les queda otra que hacerlo ante la pérdida del centro y la moderación catalanista, un espacio por el que lucha el PDeCat, con apoyo de empresarios, gremios y las conciencias más tranquilas tras una década de algaradas, referéndums ilegales y una sociedad dividida.

Para votar a una copia, mejor la original; para votar a Junts, mejor votar a la CUP

La emisaria Nogueras está en contacto directo con Puigdemont en cada paso que avanza hacia la supuesta independencia. Antes de ello, apuestan por tratar de bloquear la formación de Gobierno e incluso la investidura, si de sus ocho diputados dependiera. El discurso lo podría firmar también la CUP, motivo por el que el PDeCat no cree que Junts pueda aglutinar todos los votos concedidos a Xavier Trias en las pasadas elecciones municipales en Barcelona. «Para votar a una copia, mejor la original», señalan desde el catalanismo moderado.

Quizá el PDeCat no haya medido aún los tiempos y haya hecho una lectura errónea de las elecciones generales, donde se vota a favor o en contra del ‘sanchismo’. El PP ha obtenido diferentes victorias en los últimos años, pero en las pasadas municipales el mensaje es muy claro: desalojar a toda costa a Sánchez de La Moncloa. En la parte moderada descartan cualquier pacto con el PP si Vox entra en el Gobierno; mientras que si Feijóo necesitara los votos del centro catalanista tendrá que pagar un alto precio.

EL ESTADO COMO ENEMIGO, EL LEMA DE JUNTS DE NOGUERAS

Junts, por su parte, muestra una frialdad y un odio hacia el Gobierno de España impropio de una formación política. Para ellos, el «enemigo» es ni más ni menos el Estado, el mismo que después les permite presentarse en todas y cada una de las elecciones, obtener escaños y cobrar del dinero de todos los españoles. Los irredentos, también jaleados por la radical Laura Borràs, tratan de superar a ERC, pero ni de lejos alcanzarán los diputados del PSC. Eso sí, el PP catalán podría quedarse muy cerca de ellos si finalmente obtienen representación en todas las provincias.

Junts se juega el todo por el todo en estos comicios. Expulsados por ERC en la Generalitat, apeados de la Alcaldía de Barcelona y sin la Diputación de Barcelona, los de Nogueras se ven abocados a montar la bronca desde el Congreso. No hay autocrítica y siguen a pies juntillas los dictados de Puigdemont, un patrón completamente desaparecido en su finca. De vez en cuando aparece en un mitin, vía telemática, pero numerosos catalanes no le ven ya como un líder, sino como el presidente huido y que no se enfrentó a la Justicia española como sí lo hicieron varios de los suyos, como los Jordis, o los líderes de ERC, con Oriol Junqueras a la cabeza.

El precio pagado por éstos ha sido alto, pero no el más elevado debido a los indultos del PSOE de Pedro Sánchez. Para Puigdemont no hay autocrítica, sino la búsqueda de nuevos enemigos para señalarles directamente con el dedo. Si se va al Congreso, al Estado; si es en el Parlament, a ERC; si es en Barcelona, a su socio, el PSC de Salvador Illa y Jaume Collboni. Todos culpables, menos ellos mismos.

JUNTS, CADA VEZ MÁS AISLADO Y SIN SOCIOS ESTABLES

Esta ruptura con los independistas de ERC conlleva un autoaislamiento de Puigdemont, que ya no puede contar con ningún socio ni fiable ni estable. El PSC les ha dejado en la estacada a la hora de la verdad para llegar acuerdos con los comunistas y la propia Esquerra, que entrará en los gobiernos municipales más temprano que tarde, una vez pasen las elecciones generales de este próximo domingo.

Desde la formación esperan que ERC, PSC y los ‘comuns’ de Ada Colau hagan piña en Cataluña para arrinconar aún más a Puigdemont, un juego que se trasladará a Madrid. Junts quedaría así en la irrelevancia, aunque podría obtener grupo propio.

ERC, de hecho, está presionando junto a Bildu. Ambos tendrían la posibilidad de formar grupo propio, a pesar de presentarse en coalición. Las dos formaciones tienen ahora carta abierta del PSOE para poder negociar conjuntamente o por separado un nuevo referéndum, que se extendería tanto a Cataluña como al País Vasco, poniendo en duda la unidad de España. Hacerlo, pondría en un brete a Junts, pero también al PSOE, cada más hundido.

Por esta razón, Junts tiene mucho que perder en estas elecciones y el tigre Puigdemont ya no es tan fiero como lo pintaban al inicio. El líder de la facción más radical trata de mantener la batalla desde el exilio, pero sus discursos se evaporan rápidamente, sin calar entre los votantes. Tal es la situación, que una de las ramas más radicales de Junts se ha posicionado a favor de la abstención y el voto nulo en estas nuevas elecciones.