Ferraz prepara el «plan renove» entre barones del PSOE y solo se resiste «el peor»: García-Page

Ferraz prepara el «plan renove» para echar de la carrera política a los barones socialistas más incómodos y para ocupar algunos puestos que se han quedado libres desde el momento en el que se celebraron las elecciones autonómicas. Javier Lambán, candidato del PSOE en Aragón, Juan Espadas, en Andalucía, y Guillermo Fernández-Vara, en Extremadura, son algunos de los candidatos que el partido quiere cambiar. Pero que se resista Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha es una de las cosas que más irrita a Santos Cerdán, el encargado de buscar caras nuevas y secretario de Organización del PSOE. El plan renove empezará de un día para otro, pero todo depende de que Pedro Sánchez consiga la investidura. «Si Sánchez es presidente, habrá cambios importantes», detallan fuentes del partido.

Todos los socialistas están atentos a la nueva purga interna que se avecina a nivel nacional. Cada comunidad autónoma mira muy de cerca a sus candidatos porque saben que Sánchez ha dado la orden a Santos Cerdán de que haya cambios profundos una vez consiga la investidura. El caso de Javier Lambán es uno de los más sonados. Su campaña contra Sánchez en cuestiones como el pactar con el separatismo catalán o con con la izquierda abertzale. Lambán ha obtenido un resultado insuficiente en las elecciones del 28 de mayo y ha dado la excusa perfecta a Pedro Sánchez para buscar un cambio. El encargado de buscarle sustituto ya está en ello. Y más ahora que el expresidente de Aragón Lambán, uno de los más críticos junto a García-Page por los pactos de Pedro Sánchez con partidos como ERC, está a las puertas de ver cómo Sánchez llega a un acuerdo con más concesiones para los separatistas.

El caso de Juan Espadas es menos virulento. Se busca sustituto por ineficacia del candidato, no porque haya levantado la voz contra Ferraz en más de una ocasión. Hay voces dentro del PSOE de Andalucía que aseguran que los resultados obtenidos durante estas elecciones generales por el Partido Socialista han blindado al candidato, pero lo cierto es que la mayor parte de los encuestados en Ferraz insisten en que no es nueva la pretensión de Pedro Sánchez de buscar un candidato mejor en una Andalucía que ha sido un histórico feudo socialista. La búsqueda de un sustituto para Juan Espadas solo tiene un punto delicado: el PSOE-A tiene demasiado peso y cuotas a nivel interno. De ahí que uno de los nombres que suene con más fuerza sea el de María Jesús Montero, una de las pocas que tiene más peso político que Espadas.

Luego hay algunos que directamente dejan la política por la puerta grande y Ferraz tiene que buscar sustituto por falta de cabezas visibles. Este es el caso de Guillermo Fernández-Vara, uno de los barones socialistas con más peso que ha tomado la decisión, al menos a nivel interno, de no seguir tantos años como candidato del PSOE en Extremadura. En esta región han estado cerca de gobernar ante las dudas de María Guardiola como candidata para pactar con Vox. Ahora que la legislatura está más que cerrada para los próximos cuatro años, a falta de sorpresas, lo cierto es que desde Ferraz ya buscan una cara nueva para enviar a batir a Guardiola.

GARCÍA-PAGE SE RESISTE

El problema que manejan en Ferraz es el de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha por otros cuatro años y uno de los pocos que ha conseguido aguantar el resultado en su tierra. El presidente autonómico ha sido especialmente crítico con el líder socialista. Pero el problema es que ha montado una rueda de prensa para cada instante en el que ha querido atacar al presidente del Gobierno. Algunos socialistas de Ferraz dicen que en realidad solo quiere el trono del PSOE, es decir, convertirse en el sustituto de Pedro Sánchez cuando éste caiga en desgracia política. Y otros directamente creen que simplemente es crítico porque está en su forma de ser. Pero sea como sea, se ha convertido en el político más incómodo para el presidente.

En el PSOE son perfectamente conscientes de que ahora mismo no es fácil meter mano a García-Page, pero lo cierto es que esperan una legislatura dura en cuanto a críticas internas. Para el presidente manchego, no es un problema seguir echando leña al fuego (o gasolina, mejor). Ahora que el PSOE se prepara para pactar con ERC o con Junts per Catalunya una investidura más apurada que la anterior, la relación entre Sánchez y Page se tensará aún más. El problema es que no saben cómo hacerle entrar en vereda de una vez por todas.