El Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria ha interceptado y abordado esta pasada medianoche un velero con droga a bordo, en aguas internacionales, en el Mar Cantábrico y a unas 30 millas náuticas al Norte de la costa de Santander.
El volumen de la carga, en principio cocaína, podría alcanzar las dos toneladas, cantidad pendiente aún de confirmar y que, en ese caso, convertirían el alijo en «histórico», el mayor incautado en la historia de Cantabria.
Se trata de una «auténtica barbaridad» de droga, valorada en «bastantes decenas de millones» -unos 70-, según el delegado especial de la Agencia Tributaria en la región, Miguel Cárcaba, que ha reconocido que en el servicio están «muy contentos» por el «éxito» de esta operación.
El velero, tipo ‘sloop’, de 13 metros de eslora y de nombre ‘Night Falls’, portaba bandera británica. Fue localizado en el marco de una operación internacional y abordado por el patrullero ‘Alcaraván I’, con base en Santander y perteneciente al Servicio de Vigilancia Aduanera, que ha contado con la colaboración de la Guardia Civil y la Policía Nacional.
Tras el abordaje, sus tripulantes -un español, de origen vasco y patrón del barco, dos venezolanos y un colombiano- reconocieron que llevaban cocaína y manifestaron la cantidad que transportaban -que a priori encaja con el número y tamaño de los fardos hallados por todo el barco-. No opusieron resistencia al ser detenidos y han pasado a disposición de la Benemérita.
Mientras, el buque fue remolcado hasta el Puerto de Santander, donde llegó a las ocho de la mañana y permanece en custodia en el Muelle de Maliaño, en el margen norte, lugar en el que se efectuará la descarga y análisis de la droga -cantidad y pureza- una vez se obtenga autorización judicial, de la Audiencia Nacional -por ser interceptado en aguas internacionales- a través del juzgado de guardia de Santander. Se espera obtener la misma para esta tarde.
El Servicio de Vigilancia Aduanera localizó la embarcación, que había salido de Reino Unido y llevaba tres meses de travesía, sobre las doce de la noche, tras dos días de búsqueda y después de haber recibido una información del Reino Unido.
Cárcaba ha aludido a las dificultades del hallazgo del velero, de noche, en alta mar y en condiciones meteorológicas adversas, ya que además había desconectado los instrumentos que permiten su localización y navegaba sin las luces obligatorias.
Fue detectado por un radar cuando estaba parado, probablemente a expensas de la llegada y auxilio de otras embarcaciones para descargar y evacuar la droga. Se desconoce hacía dónde se dirigía o en qué puerto tenía previsto atracar, aunque todo apunta a que procedía de Sudamérica y se dirigía hacia España.
El buque no navegaba con un rumbo determinado, sino que se encontraba paradi en un punto situado a 30 millas al norte de la costa.
Este hecho resultó muy llamativo, no solo por las condiciones meteorológicas en la zona, sino porque coincide con la práctica habitual en este tipo de operaciones, en las que las embarcaciones que transportan cocaína desde Sudamérica o el Caribe realizan un trasbordo a otra embarcación con el fin de que llegue al destino final, para hacer así más difícil su detección por las autoridades.
Por ello, se presume que el velero ‘Night Falls’ estaría en esas coordenadas esperando realizar un trasbordo de la droga. Desde el primer momento del abordaje se pudo observar a bordo una cantidad importante de fardos de los habitualmente utilizados para el tráfico de cocaína, repartidos por la práctica totalidad de la embarcación.
En ese momento, se procedió a la detención de los cuatro tripulantes, y se llevó a cabo la aprehensión del buque, que fue trasladado al Puerto de Santander para la realización de las diligencias oportunas.
El delegado de la Agencia Tributaria también se ha referido a la excepcionalidad de que este tipo de operaciones se lleven a cabo en aguas, aunque internacionales, ‘cercanas’ a la costa, y fuera de las ‘rutas habituales’ para la entrada de cocaína y droga en general, como lo son las de Levante, el Estrecho de Gibraltar o las gallegas.
Así, parece -según ha dicho- que dichas rutas han cambiado hacia las consideradas hasta ahora «aguas tranquilas», del Norte, sobre todo de la Costa Cantábrica, donde «no estamos acostumbrados ni muchísimo menos a este tipo de operaciones». «Este tipo de mafias se adapta a los agujeros del sistema», ha advertido.
La operación, según ha detallado la Guardia Civil en un comunicado, se inició como consecuencia de la colaboración internacional a través del intercambio de información entre el MAOC-N (Centro de Análisis y Operaciones del Atlántico), el CITCO (Centro de Inteligencia Contra el Terrorismo y el Crimen Organizado), que ha sido objeto de investigación por parte de los tres cuerpos policiales (Servicio de Vigilancia Aduanera, Policía Nacional y Guardia Civil). En la operación ha colaborado la National Crime Agency (NCA) de Reino Unido.
Fruto de ese intercambio de información se determinó la posible implicación de una embarcación sospechosa de tráfico ilícito de estupefacientes procedente de Sudamérica y que acabaría de cruzar el Atlántico para arribar a costas españolas.
Como consecuencia de ello, el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria estableció el oportuno dispositivo aeronaval con el fin de localizar este objetivo que involucró distintos recursos de Galicia, Cantabria y País Vasco.
La búsqueda de la embarcación se extendió durante más de 48 horas y, finalmente, como resultado de la misma el patrullero ‘Alcaraván I’, con base en Santander, localizó y llevo a cabo el abordaje del velero en la medianoche del día 1 al 2 de agosto.
La operación ha sido dirigida y coordinada por la Fiscalía Antidroga de la Audiencia Nacional. Tanto los detenidos, como la embarcación y la sustancia estupefaciente pasarán a disposición de su Juzgado Central de Instrucción correspondiente.
Esta operación, totalmente excepcional en la zona de la costa del Cantábrico, es una más de las efectuadas en la lucha contra el tráfico de drogas en la denominada ‘Ruta Atlántica de la cocaína’, conocida por ser utilizada por veleros que procedentes de Sudamérica transbordan las sustancias estupefacientes en mitad del Atlántico para su posterior introducción en el continente europeo.