La investidura de María Chivite en Navarra sigue a la espera de la respuesta de Geroa Bai

La investidura de la socialista María Chivite sigue en el aire a la espera de que Geroa Bai dé una respuesta a la última propuesta realizada por el PSN el pasado viernes y tras una semana que ha estado marcada por las desavenencias entre ambas formaciones por la estructura del próximo Gobierno de Navarra.

Chivite mostraba este viernes su optimismo y aseguraba que no contempla «otra posibilidad» que el sí de Geroa Bai a la última oferta socialista. Una propuesta, dijo, «generosa» y que «atiende un poco las peticiones de nuestros actuales socios de gobierno». En esta misma línea, la Comisión Ejecutiva del PSN acordaba el mismo viernes dar «los pasos necesarios» para conformar «a la mayor brevedad» un gobierno «progresista».

No obstante, la representante de Geroa Bai en la negociación, María Solana, enfriaba la inminencia de un acuerdo asegurando que «todavía faltan reuniones». Reclamaba, además de un consenso en cuanto a la estructura del gobierno, «un acuerdo programático cerrado y acordado con unos desacuerdos tasados que no sean excesivos», así como «unas reglas de juego mucho más estrictas, mucho más concretas y mucho más eficientes que las que tuvimos la pasada legislatura» que «garanticen que ante un incumplimiento hay consecuencias».

Las negociaciones entre PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin encallaban el pasado lunes cuando la coalición nacionalista, en rueda de prensa, acusaba a los socialistas de querer «castigar» a su formación con su planteamiento de estructura del nuevo Ejecutivo foral, que entendían como una invitación a que «abandone» el Gobierno. Desde Geroa Bai consideraban que el PSN pretendía «acumular poder» y a la vez «rebajar» las responsabilidades de los nacionalistas. E invitaron a los socialistas a negociar con EH Bildu.

La coalición abertzale contestaba al día siguiente ofreciendo facilitar con su voto positivo la investidura de Chivite para «desbloquear» esta situación y anunciando una consulta a su militancia. La portavoz parlamentaria de EH Bildu, Laura Aznal, criticaba la «guerra de cargos» y llamaba a «actuar con responsabilidad» para que las derechas «no determinen el futuro de Navarra».

Mientras tanto, el PSN pedía a Geroa Bai una «contraoferta» y le reprochaba que «no se ha movido de su posición» desde las elecciones forales del 28 de mayo. «Dentro de una negociación todo el mundo se tiene que mover, todo el mundo tiene que proponer y todo el mundo tiene que ceder», defendía el secretario de Organización socialista, Ramón Alzórriz. La coalición nacionalista replicaba que «la negociación de un Gobierno no puede basarse en el mercadeo de ofertas y contraofertas».

El siguiente movimiento vino el 2 de agosto por parte de Contigo-Zurekin, que daba por buena la propuesta del PSN, por el que asume el área de Vivienda -hasta entonces en manos de Geroa Bai- y anunciaba una votación para su validación entre las formaciones que componen la coalición (Podemos, IUN, Batzarre, Independientes, Alianza Verde y Equo). Contigo-Zurekin llamaba a no poner «en riesgo» el «mensaje claro» lanzado por la ciudadanía el 28M y apelaba a «desbloquear cuanto antes la conformación de Gobierno y gobernar en clave progresista«.

Finalmente, el 3 de agosto, PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin volvían a reunirse para intentar avanzar en las negociaciones para conformar el próximo Gobierno de Navarra. Una reunión en la que los socialistas trasladaron una nueva propuesta «ambiciosa» y que trataba de «aglutinar las reivindicaciones» de la coalición formada por PNV y Geroa Socialverdes.

Geroa Bai avanzó que analizaría «la letra pequeña» de este planteamiento a la vez que reivindicaba «compromisos programáticos claros», «delimitar claramente la acción de gobierno» y «mecanismos de control y seguimiento». Avanzado el fin de semana, la coalición nacionalista todavía no ha trasladado si acepta o no la última propuesta socialista.

La aceptación de los nacionalistas daría paso a una nueva ronda de consultas del presidente del Parlamento de Navavarra, Unai Hualde, con los portavoces de los distintos partidos políticos. La sesión de investidura debería convocarse con al menos tres días de antelación.

Se apuran de esta manera los plazos ya que si transcurrido el plazo de tres meses desde la celebración de las elecciones al Parlamento de Navarra (28 de mayo) no se presentara ningún candidato o ninguno de los presentados hubiera sido elegido, la Cámara quedará disuelta, convocándose de inmediato nuevas elecciones.