En Italia, durante la Segunda Guerra Mundial, surgió una enfermedad denominada el “síndrome K”. Se trataba de una falsa enfermedad tan contagiosa que ahuyentó a los soldados alemanes y, así, cientos de judíos pudieron salvarse en el hospital de la Isla Tiberina de Roma.
En la madrugada del sábado 16 de octubre de 1943, las tropas alemanas asaltaron el gueto de Roma para llevar a cabo una redada contra la comunidad judía romana. Por lo que, en esas dramáticas horas, muchas familias buscaron refugio en el cercano Hospital Fatebenefratelli, en la Isla Tiberina.
Los médicos comenzaron a admitir a los fugitivos en el hospital, diagnosticando a los recién hospitalizados con una peligrosa y contagiosa enfermedad, el síndrome K, que realmente no existía. Los militares estaban tan aterrorizados cuando llegaron al hospital que no accedieron a la zona donde se encontraban estos falsos enfermos.