Luis Rubiales, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, ha conseguido que no solo que le cuestione el Gobierno que le protegió, sino que también se implique para favorecer su caída. Así lo ha demostrado Pedro Sánchez y su equipo durante esta semana, en la que ha mostrado que ha dejado de lado sus mensajes privados con el presidente de la Federación para posicionarse en contra de sus actos y de sus palabras. Tras la intervención de Rubiales en la Asamblea Extraordinaria de la RFEF, Sánchez ha activado los mecanismos del Estado que están a su alcance para presionar su inhabilitación, rompiendo de manera definitiva su pasado con el ex futbolista.
Ya lo dijo Cuca Gamarra, secretaria general del Partido Popular, el pasado 23 de agosto cuando mostró su opinión sobre la polémica actitud de Luis Rubiales durante la final del Mundial Femenino: «espero que esta vez su amistad con Pedro Sánchez no le valga como en otras ocasiones». Y es que, el presidente de la RFEF y el actual presidente del Gobierno en funciones han mantenido una relación que le llegaba heredada por el padre del ex deportista, Luis Manuel Rubiales López, quien fue alcalde de Motril por el PSOE y además delegado de Empleo de la Junta de Andalucía en Granada. Junto a esta unión socialista, el medio El Confidencial publicó en 2019 diferentes conversaciones de WhatsApp entre Rubiales hijo y Pedro Sánchez, en las que no solo hay felicitaciones, sino también veladas amenazas del ex futbolista de dejar sin Mundial a España en 2030.
Así, la relación entre ambos consiguió ser «algo incómodo» en el grupo socialista, hasta que el logro de la Selección de Fútbol Femenina ha terminado de «poner la puntilla». Tras la polémica de la actitud del presidente de la RFEF durante la final del Mundial del pasado domingo, el presidente del Gobierno en funciones decidió no intervenir, pero sí avisar. En la rueda de prensa en la que se posicionó en contra de los actos de Rubiales, también dejó claro que «el Gobierno de España no puede cesar» al presidente de la Real Federación Española de Fútbol, al no tratarse de una entidad de titularidad pública, pero que si consideraba que las disculpas que este emitió «no son suficientes».
Rubiales aprovecha su oportunidad para «herirse a sí mismo»
Tras convertirse en el ‘tema de la semana’, Luis Rubiales tuvo el viernes su oportunidad de hablar y de mostrar su posición en la Asamblea Extraordinaria de la Federación. El Gobierno estaba esperando su próximo movimiento y el presidente de la RFEF lo ha dejado claro: a pesar de que se filtrara su dimisión, Rubiales no solo no dejó el cargo, sino que se posicionó en contra de las críticas, aseguró que el beso a la futbolista Jenni Hermoso fue consentido y que emprendería acciones legales sobre quien aún forma parte del Gobierno de Pedro Sánchez.
Lejos del escenario que se esperaba, el presidente de la Federación ha defendido que las críticas al beso no consentido -tal y como ha verificado la jugadora en un comunicado- responden a un «falso feminismo». De hecho, el presidente de la RFEF ha asegurado que «fue un beso espontáneo y mutuo. Jenni me levantó del suelo, luego nos abrazamos y yo le dije: ‘Olvídate del penalti’. Ella me dijo: ‘Eres un crack’ y yo le dije: ‘¿Un piquito?’, a lo que me contestó: ‘Vale». Pocos minutos después, Rubiales aseguró que no dimitiría y que estaba siendo sometido a «un asesinato social».
Pedro Sánchez «tira de la manta» y activa el protocolo desde el Consejo Superior de Deportes
A pesar de que Pedro Sánchez comunicó su incapacidad para tomar medidas en contra de Luis Rubiales, el discurso del presidente de la RFEF ha hecho que no sea imposible la intervención del Gobierno en este polémico caso. Por eso, pocos minutos después de la intervención de Rubiales, Moncloa comunicaba una rueda de prensa a las cinco de la tarde en la que Víctor Francos, Secretario de Estado de Deporte, mostraría la posición del Ejecutivo en funciones. Hasta ese momento, Yolanda Díaz, Irene Montero o Ione Belarra se posicionaron en contra de la actitud del ex futbolista, siendo la ministra de trabajo quien pedía tomar «medidas urgentes».
Por ello, el número dos de Iceta aseguró que quería «ser claro» con sus declaraciones: el Gobierno ha activado sus mecanismos y aseguró que «vamos a actuar» y ha elevado este viernes al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) las denuncias remitidas al organismo contra el presidente de la RFEF. Así, el secretario de Estado dejaba claro que si este tribunal consideraba los actos de rubiales de «graves», le suspenderá de su cargo. Así, Pedro Sánchez ha dejado caer a Rubiales y ha iniciado su propio proceso para acabar con una polémica que Francos espera que sea «el #metoo del futbol español».