Antes de la aparición de sistemas de escritura formal, las comunidades prehistóricas transmitían relatos de su vida cotidiana por medio de lo que hoy conocemos como pinturas rupestres. Asombrosamente, estas representaciones artísticas han perdurado a lo largo de miles de años, resistiendo guerras, progresos tecnológicos y catástrofes naturales.
7CUEVA DEL MORO CHUFÍN, EN CANTABRIA

La Cueva del Moro Chufín, situada en Riclones, se encuentra a aproximadamente una hora en coche desde Santander. Llegar a esta cueva requiere un poco de esfuerzo, ya que es necesario disponer de un vehículo todoterreno y estar en buena forma física. Una vez allí, es necesario entrar con casco, rodilleras y linterna. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena, ya que el interior de la cueva alberga un tesoro invaluable: grabados y pinturas rupestres que datan de hace más de 18.000 años.
Dentro de la cueva, en el vestíbulo, se pueden observar representaciones artísticas de animales, y lo más llamativo son las composiciones de grandes puntos rojos que simbolizan genitales femeninos.