El Papa Francisco tiene intención de publicar una segunda parte de ‘Laudato si’, su encíclica sobre el cuidado del medio ambiente, el próximo 4 de octubre, tal y como ha anunciado este miércoles al finalizar la tradicional audiencia general en el Aula Pablo VI.
El Pontífice ya había anticipado que estaba escribiendo esta segunda parte de su documento sobre el cuidado de la creación «para actualizar los problemas actuales». Así lo avanzó el pasado 21 de agosto durante la audiencia concedida a un grupo de juristas europeos.
Según precisó ese mismo día el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, se trata de una carta que pretende hacer frente en particular a las recientes crisis climáticas.
Aunque el Papa ha utilizado el término «exhortación», aún no se conoce en qué forma se publicará esta secuela de ‘Laudato Si’. Si se tratara de una segunda parte en forma de encíclica, esto sería una novedad en la historia de las cartas papales, según informa el portal oficial del Vaticano ‘Vatican News’.
Durante la audiencia general de este miércoles, el Papa también ha recordado que este viernes se celebra la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que inaugurará el Tiempo de la Creación que durará hasta el 4 de octubre, fecha en la que se celebra la fiesta de San Francisco de Asís y que también coincide con la apertura de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
«Es necesario estar junto a las víctimas de la injusticia ambiental y climática, esforzándonos por poner fin a la guerra sin sentido contra nuestra casa común, que es una terrible guerra mundial», ha manifestado Francisco.
Bergoglio ya había publicado su mensaje para esta Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, el pasado 13 de mayo. En el texto, propone transformar los estilos de vida y las políticas públicas, se refiere a la conversión ecológica y a la necesidad de dejar de considerar la creación como un objeto que hay que explotar.
Por otro lado, en su catequesis, y en el marco de su serie dedicada a la pasión por la evangelización, el Papa ha reflexionado sobre santa Catalina Tekakwitha, la primera indígena norteamericana que fue canonizada.
Nacida hacia el año 1656 en un pueblo del norte del Estado de Nueva York, era hija de un jefe mohawk no bautizado y de una madre algonquina cristiana, que enseñó a Catalina a rezar.
«Así comienza la evangelización y, en efecto, no olvidemos esto, que la fe se transmite siempre en dialecto, por las madres, por las abuelas. La fe hay que transmitirla en dialecto y nosotros la recibimos en este dialecto de las madres y de las abuelas», ha subrayado el Pontífice.
El Papa ha recordado que, cuando Catalina tenía cuatro años, una grave epidemia de viruela azotó a su pueblo y tanto sus padres como su hermano menor murieron. Ella quedó con cicatrices en su rostro y problemas de visión. A partir de ese momento, tuvo que enfrentarse a las dificultades físicas, incomprensiones, persecuciones e incluso amenazas de muerte que sufrió tras su bautismo el domingo de Pascua del 1676.
«La paciencia, frente a las dificultades, a las cruces: la paciencia es una gran virtud cristiana. Quien no tiene paciencia no es un buen cristiano. La paciencia de tolerar: tolerar las dificultades y también tolerar a los demás, que a veces son tediosos o te ponen en dificultades«, ha subrayado Bergoglio.
El Papa ha puesto a Catalina como ejemplo de que «las acciones ordinarias pueden realizarse de manera extraordinaria», respondiendo así a «la llamada a la santidad».