Podemos, como el Cid, gana batallas después de ser dado por muerto. Y es que el tremendo polvorín originado en torno a Luis Rubiales, por desgracia, no lo originó su beso forzado a Jenni Hermoso ni su sinfín de escándalos deportivo-financieros, sino las aguerridas y atinadas denuncias de Irene Montero, Pablo Echenique o Ione Belarra por sus acciones en la final del Mundial.
La formación morada, invisibilizada por Sumar tanto en campaña como en la ronda de contactos con el jefe del Estado, ha salido reforzada tras protagonizar un pulso contra un personaje que ha acabado tan desprestigiado como Luis Rubiales.
LOS PALOS DE RUBIALES A PODEMOS
El ya ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol cargaba en la última Asamblea del organismo contra la cúpula morada por sus denuncias sobre sus actos en la final del Mundial: «El falso feminismo no busca la justicia, no busca la verdad, no le importan las personas. Lo repito, están preparando una ejecución para ponerse una medalla y decir que están avanzando. Pero es que así no estamos avanzando; es todo lo contrario, todo lo contrario».
Rubiales también metió en el saco a la líder de Sumar, pero la mayoría de dirigentes señalados por el dirigente son de Podemos: «La señora Yolanda Díaz, la señora Montero, la señora Belarra, el señor Echenique se han referido a esta acción con las palabras ‘vejar’, ‘violencia sexual’, ‘sin consentimiento’… Repito parte de la clave: ‘sin consentimiento’ y ‘agredir’. Por Dios, ¿qué pensarán las mujeres de verdad que han sido agredidas sexualmente? ¿Qué pensará una mujer a la que de verdad se le ha obligado y se le ha agredido sexualmente?».
«Le digo a estas personas que han dicho esto de mí, que me han acusado, que están tratando de asesinarme públicamente… que me voy a defender. Me voy a defender como cualquier español y donde se tiene uno que defender: en los juzgados», añadió.
Irene Montero aseguró tras escuchar que Rubiales no dimitía que este buscaba «su impunidad. Frente a ello, actúa Fiscalía y actúa el CSD para proteger a la jugadora, para decir no al machismo y para garantizar el derecho a la libertad sexual. Ahora más que nunca, Jenni Hermoso, no estás sola».
Ione Belarra también arremetió contra el exfutbolista antes de que este fuese suspendido por la FIFA: «El consentimiento no lo decide el agresor, lo decide la mujer. El discurso violento, mafioso del señor Rubiales no funcionará contra un país que ya ha cambiado. Todo el mundo sabe ya la clase de hombre que es».
EL TRIUNFO ANTE RUBIALES LLEGA EN UN MOMENTO CLAVE PARA PODEMOS
La portavoz de Podemos, Isa Serra, alertaba de la invisibilización de Podemos días antes de desatarse la polémica protagonizada por Rubiales. Serra lamenta que «en este país siempre se ha pedido responsabilidad (y con ello renuncias) a la izquierda transformadora con la amenaza de que resistirte te deja fuera del consenso político. Se pidió responsabilidad a Carrillo, a Anguita, a los sindicatos, o a los militantes de organizaciones revolucionarias y/o transformadoras, lo que tuvo como consecuencia que algunos entrasen y aceptasen el consenso y otros no lo hicieran».
La exdiputada lamenta que la diatriba sea bipartidismo o Vox y asegura que «así también se impuso el marco imperante que había operado hasta el 15-M y la emergencia de Podemos y que, por desgracia, ha vuelto en los últimos meses con mucha fuerza: ‘Más vale bipartidismo que extrema derecha’. Es decir, más vale PSOE que cualquier inestabilidad que pueda terminar dando la victoria a la derecha y, por supuesto, renunciad a entrar en el Gobierno y/o a generar debates públicos«.
Ese marco, apunta, «empieza a saltar por los aires con el 15-M, que sitúa en la centralidad del tablero demandas para democratizar el país en todas sus formas, y termina de hacerlo cuando Podemos entró en el Gobierno de coalición en una relación de minoría, pero de tú a tú con el PSOE después de mucho intentarlo. Esa cultura de la coalición en la que Podemos proponía avances sociales para nuestro país en clave de conversación pública (de debate público) ha sido criticada, demonizada y denostada a través del significante “ruido” en los últimos meses por parte de actores políticos y mediáticos.
BIPARTIDISMO REFORZADO
Serra cree que «ese es también el marco que operó con fuerza en la campaña del 23-J, que terminó reforzando el bipartidismo, y que sigue copando estas semanas el sentido común. Esto, sumado a que los actores que dialogan en la conversación hoy son PSOE y Junts (incluso para armar una mayoría que ya no es ni de izquierdas) o, en todo caso, PSOE y PP (un PP que parece en crisis, pero que ha aumentado sus escaños), implica un riesgo grande para la acción política de las fuerzas que aspiramos a democratizar y con ello transformar nuestro país. Es decir, aunque la aritmética no sea ya la del sistema bipartidista, este consigue cada vez más imponerse en clave política y cultural».
Y en El País afirma que «la mayoría sobre la que se sostendrá, por mucho que se diga de izquierdas, no lo es, y que eso hará enormemente complicado avanzar en derechos. También sabemos que la subalternización al PSOE acaba con la invisibilización y la pérdida de acción política».
Pero apuesta por mostrarse esperanzada ante el futuro: «Sabemos que las oportunidades de seguir avanzando en nuestro país no se han cerrado porque hay una crisis que sigue abierta (territorial, social, política, institucional). Como hace cuatro años, el camino sigue siendo el que planteó Podemos: reforzar las alianzas con las fuerzas progresistas, feministas y soberanistas, establecer la conversación sobre los avances pendientes y plantear para nuestro país un proyecto republicano como horizonte que vuelva a dejar atrás los intentos del bipartidismo de restablecerse».