Puigdemont (Junts) prepara su ración fría al PSOE sin luz ni taquígrafos

Junts enfría toda posibilidad de negociación con el PSOE. Los de Carles Puigdemont tienen muy claros los términos y condiciones para alcanzar un posible acuerdo con los socialistas, pero al mismo tiempo no olvidan el ‘cordón sanitario’ impuesto en la pasada legislatura, una maniobra que está encareciendo aún más su apoyo a Pedro Sánchez, candidato del PSOE y perdedor de las pasadas elecciones generales del 23 de julio.

No obstante, como toda venganza, el plato se sirve frío. Junts ha accedido a hablar y dialogar, aunque nunca ha cerrado esta puerta, ni siquiera con el PP de Alberto Núñez Feijóo, quien asume que la conversación con los de Puigdemont es necesaria, pese a las críticas que llegan desde Cataluña.

Eso sí, los Puigdemont han dado el pistoletazo de salida del curso para establecer y ratificar los pasos a dar durante el próximo y crucial mes de septiembre, con la fecha culmen del 27. Ese día, Núñez Feijóo se somete a la investidura. El rumbo de los votos de Junts será decisivo tanto para hacer presidente al líder del PP como a Pedro Sánchez, pero, además, lo son también para una repetición electoral, escenario que se activaría si Junts no da el sí a unos u otros.

La situación este año dista y mucho de la del pasado 2022. Hace doce meses, los de Puigdemont y Laura Borràs decidieron salir del Gobierno de la Generalitat tras los incumplimientos del pacto de gobernabilidad. El nuevo curso se ha iniciado sin luz ni taquígrafos, con fuertes medidas de seguridad para evitar filtraciones posteriores por audio o vídeo. Los dispositivos electrónicos han estado prohibidos en el encuentro.

La reunión ha servido para ratificar las exigencias para iniciar una negociación con el PSOE, pero también para mostrar su decisivo papel a la hora de dirigir el rumbo de la política española. Los de Borràs y Puigdemont exigen la amnistía a todos los condenados y procesados por el referéndum ilegal del 1-O, pero también una nueva consulta pactada. Hasta ahora, han conseguido el apoyo del PSOE para tener grupo propio en el Congreso de los Diputados.

Puigdemont, por su parte, ha dado las pinceladas sobre la situación actual del panorama político. Por una parte, el líder de Junts deja claro que no hay conversaciones formales con el PSOE, aunque sí están hablando con algunas partes socialistas. El PSC mantiene un perfil muy bajo al respecto, sin mostrar carta alguna ni tampoco da pistas sobre las condiciones que se aceptarán para que Sánchez reedite la presidencia.

No obstante, el líder de Junts da muestras de la dureza de estas negociaciones. Por un lado, ha aclarado que no hay ninguna mesa en marcha «con nadie, ni se ha presentado ningún proyecto de amnistía a ningún partido político, ni desde luego he tomado ninguna decisión relativa al Consejo de la República». Por ahora, sólo hay conversaciones, pero son las mismas que se tenían en la pasada legislatura, la misma en la que se activó el cordón sanitario contra su formación en la Cámara Baja.

«Junts vivía sin opciones de participar en ninguna negociación por decisión de todos los actores políticos que ahora piden conversar», ha señalado. En este sentido, ha indicado que se trata de un diálogo, sin más, no una negociación.

«El diálogo es previo a toda negociación; puede servir para fijar el marco en que ésta puede discurrir, o puede servir para comprobar que no existe margen de negociación. Esto lo veremos en los próximos días», ha afirmado.

En este sentido, ha destacado que la posición de Junts se debe única y exclusivamente a sus votantes y a velar por los intereses de los independentistas. Así las cosas, Puigdemont se fija tanto en el fondo como en la forma, sin intermediarios, sean actores políticos o medios de comunicación.