Frente a la demanda actual de feminización de la voz o de modificación de la voz a nivel identitario en busca de aumentar las características femeninas del discurso, la voz y la expresión, se ofrecen dos soluciones: la logopedia, fonoaudiología o vocología, por un lado, y la cirugía por otro (Glotoplastia de Wendler, aproximación cricotiroidea o cricotiropexia, Técnica L.A.V.A., laringoplastia, Técnica Yesson…).
Pero, ¿cómo saber cuál es la disciplina que más conviene? ¿Cómo elegir la solución más adecuada?
Hay que pensar ante todo en la salud vocal, a saber, hay que velar por preservar la salud de la laringe y de las cuerdas vocales. Por ello, Femivoz orienta a todas las personas que desean feminizar su voz hacia la logopedia o la vocología, ya que esta disciplina preserva la salud del aparato fonador, permitiendo desarrollar todo el potencial vocal de manera sana y sin poner en riesgo la salud vocal de la persona.
También se encarga de trabajar con aquellas personas que se han operado de manera a ayudarlas a paliar los efectos secundarios de la cirugía y permitirles desarrollar mayor feminidad a nivel vocal y expresivo tras la intervención.
Cirugía de feminización de la voz: pros y contras
Primeramente, cabe mencionar el hecho de que la cirugía no es una cirugía de feminización de la voz, sino que se trata de una cirugía de aumento tonal, a saber, una intervención en la que lo que se busca es aumentar la tonalidad de la voz, en definitivas cuentas, aumentar los agudos. Aunque la cirugía pueda aparentar ser una solución rápida y eficaz, la realidad es que los efectos secundarios pueden ser muy diversos y el postoperatorio muy largo.
Así, Femivoz desaconseja la cirugía por las razones siguientes: los riesgos de disfonía o afonía son elevados. Los resultados van a depender de la técnica, del cirujano, y del/de la/de lx propio/a/x paciente, ya que cada cuerpo es diferente y reaccionará diferentemente a la anestesia, a la intervención, además de cicatrizar de una manera única. Los factores como la edad, la profesión, el uso de la voz… van a influenciar la recuperación del/de la/de lx paciente después de la intervención. Dependiendo de las técnicas, hay personas que presentan dificultades respiratorias, aumentando el grado de ansiedad. La voz puede quedar aireada, velada, disfónica, ronca… todo esto, por supuesto, yendo en contra de las características femeninas buscadas. Algunas personas se quejan de haber perdido la voz de cabeza, lo que les impide desarrollar la melodía, ligada intrínsecamente a la feminidad. Resulta muy difícil cantar tras la cirugía en la mayoría de los casos.
En todos los casos, la logopedia es imprescindible después de la cirugía.
Por qué elegir la logopedia o la vocología para feminizar la voz
La logopedia y la vocología son disciplinas que van a respetar ante todo la integridad de la laringe y de las cuerdas vocales.
La vocología, como disciplina especialmente destinada a trabajar con voces sanas, lo que se pretende es desarrollar todo el potencial vocal y expresivo de la voz, caracterizándola en femenino, de acuerdo con la personalidad del/de la/de lx aprendiz. Así, el entrenamiento de feminización de la voz consistirá esencialmente, ayudar a la persona encontrar un equilibrio entre su manera de expresarse, su identidad y su personalidad.
Se utilizan para ello ejercicios que van a permitir, no solo trabajar la musculatura de manera a conseguir que la laringe las cuerdas vocales, cambien su dinámica, feminizándola, sino también desarrollar la voz emocional, la cual permitirá encontrar una coherencia entre la manera de percibir el mundo y cómo cada persona se expresa con él.
Una de las mayores razones por las cuales elegir la logopedia o la vocología para feminizar la voz es, por supuesto, la voluntad de no dañar las cuerdas vocales o la laringe, y de aprovechar el potencial de la persona para alcanzar resultados naturales y definitivos. Al tratarse de un entrenamiento, y no de un tratamiento como lo sería la cirugía, se habla, por supuesto, de un trabajo de fondo, que permitirá a la persona, no solo modificar su voz, sino descubrir su potencial vocal y expresivo, el cual evolucionará a lo largo de toda su vida.
En definitiva, si el objetivo es ayudar a la persona a sentirse más a gusto y cómoda con su voz y su manera de expresarse, se entiende que un trabajo introspectivo y un cuestionamiento a nivel vocal y expresivo es necesario para poder asentar las bases de una expresión personalizada y propia, basada en una personalidad única.