En Kenia, la afamada activista medioambiental de la región, Wangari Maathai, ha pasado a la historia como una de las voces más prominentes que lucharon por un mundo más equilibrado. Maathai nació en 1940, la primera de seis hijos en una familia campesina. Se graduó como una de las primeras mujeres en conseguir una licenciatura en Kenia y recibió numerosos títulos honoríficos durante su vida, incluyendo los Premios Nobel de la Paz, el Premio de la Tierra de Naciones Unidas en el año 2004.
Comenzó su activismo en su país natal en 1978, con el lanzamiento de un programa de árboles. Conocido como el Movimiento de la Cuenca del Rift de los Árboles, el programa llamó a la plantación de millones de árboles para restaurar la vegetación nativa de Kenia y, como resultado, limpiar el aire. Maathai incluso desafió al gobierno y se postuló para ser diputada, aunque finalmente no fue elegida. En vez de eso, se reunió con activistas pro-medioambientales, defensores de los derechos humanos y otros líderes de la sociedad civil para luchar por los derechos de la mujer y la conservación de los recursos naturales.
Índice
La triste realidad de Kenia
Al llegar Kenia a la independencia en el año 1963, gran parte de la vegetación había desaparecido, lo que exacerba el impacto devastador de la sequía. A lo largo de los años, la población de Kenia se ha multiplicado rápidamente, generando una enorme presión sobre los recursos naturales, incluyendo la tala indiscriminada, la pesca excesiva y el pastoreo excesivo. El país ha experimentado una gran cantidad de erosión de suelos, desertificación y una drástica disminución de su población animal. Además, la clase política ha carecido de un enfoque sistemático para lidiar con estos problemas y la forma en que estas preocupaciones son generalmente ignoradas ha contribuido a una degradación ecológica aún mayor.
A pesar de la situación difícil a la que se enfrentaba Maathai, fue una de las líderes más influyentes de la región. Esto fue gracias a sus persistentes esfuerzos por aumentar la conciencia de los problemas medioambientales de Kenia, así como la urgente necesidad de proteger su rica biodiversidad y recursos naturales. Maathai ayudó a enseñar a la gente sobre por qué es importante la conservación de la naturaleza y cómo las preocupaciones ambientales eran ligadas a los derechos de las mujeres.
El movimiento de los Árboles de la Cuenca del Rift
Este movimiento nació en 1978 como una iniciativa de Maathai y un grupo diverso de científicos, mujeres de la comunidad, cuerpos gubernamentales y organismos no gubernamentales. El objetivo del programa era plantar árboles en la región de la Cuenca del Rift, una serie de profundos valles geológicos que atraviesan Kenya, Uganda, Tanzania y Ruanda. Maathai y los otros líderes del movimiento querían reconstruir los bosques de la región y, en el proceso, ayudar a sus aldeas rurales a mejorar su economía y calidad de vida.
Con el compromiso de Maathai a la conservación, el programa se desarrolló rápidamente. Miles de voluntarios se unieron para plantar y cuidar árboles y en poco tiempo el Movimiento de los Árboles de la Cuenca del Rift logró plantar un millón de árboles en Kenya. Los efectos del programa no solo se vieron al aire libre y en el paisaje, también ayudaron a aumentar la movilidad económica energía limpia y la producción alimenticia. Además, el programa contribuyó significativamente a la mejora de la calidad del aire, la retención de agua y la prevención de la erosión.
El impacto de Maathai
El programa de plantación de árboles de la Cuenca del Rift nunca se detuvo y el movimiento verde atrajo la atención mundial. Maathai recibió numerosos premios y reconocimientos por su liderazgo, incluyendo el Premio Nobel de la Paz en el año 2004. Incluso a nivel local, su trabajo tuvo un gran impacto en la vida de numerosas personas, además de contribuir significativamente para hacer que el planeta sea un lugar más habitable.
Lamentablemente, Maathai nunca vio el resultado completo de su trabajo, ya que falleció a la edad de 71 años en el año 2011. A pesar de esto, todavía sigue siendo una presencia fuerte en Kenia. De hecho, Maathai sigue siendo un ejemplo inspirador para la generación joven, mostrando que el activismo puede lograr algo grande que cambia la vida de las personas y el planeta.
Cultivar una nueva generación de líderes verdes
En los últimos años, se ha promovido la educación eco-ambiental, también conocida como «Educación Verde», en Kenia con el objetivo de convertirse en un país autosustentable para el año 2030. El programa busca enseñar a las personas jóvenes sobre la importancia de la protección del medio ambiente y la conservación de los recursos naturales. A través del programa, los estudiantes aprenden las técnicas de agricultura sostenible, energías limpias, gestión de recursos hídricos, entre otros conceptos.
Estos programas han promovido una cultura de compromiso ecologista, orquestado por los líderes jóvenes que buscan traspasar los ideales y la separación de Maathai. Estos líderes están empujando los límites medioambientales y los viejos sistemas de pensamiento que retan constantemente el crecimiento y desarrollo sostenible de Kenia.
El legado de Wangari Maathai
Después de muchos años de lucha pro-ambiental, el legado de Maathai sigue siendo resistente. Su trabajo legítimo ha contribuido a generar un mayor compromiso con la consciencia de los problemas medioambientales en Kenia y también ha llevado a la creación de muchas organizaciones sin fines de lucro que luchan por los derechos de la naturaleza y su conservación.
A pesar de los problemas mundiales actuales relacionados con la conservación de la naturaleza; gracias a líderes como Maathai, Kenia sigue siendo uno de los destinos turísticos más populares de África. Sus hermosos parques nacionales y refugios de vida salvaje, que son las joyas de la tierra, evidencias vivas de su trabajo, un legado que se profundiza con cada nueva plantación de árboles.
Maathai también dejó un gran legado de defensa de los derechos humanos a las mujeres. Esto se refleja en el incremento de la participación de las mujeres en puestos clave en los organismos gubernamentales, de lo que se enorgullece el país. También hay que destacar su nombramiento como primera mujer con el cargo de asesora del presidente de Kenia, reconociendo así la importancia del liderazgo y la influencia de la mujer en la sociedad.
Cierre
Aunque Wangari Maathai falleció hace ya casi 10 años, su legado sigue vivo. A través de su trabajo comprometido con la ecología y la conservación de la naturaleza, Maathai puso de relieve la importancia de la movilización cívica para el desarrollo sostenible. De la misma manera, su liderazgo ayudó a que Kenia abordase los triángulos medioambientales entre pobreza, presión sobre los recursos naturales y cambios globales ambientales.
En la actualidad, los grupos de defensa del medioambiente en Kenia siguen inspirándose en su legado. Estos grupos trabajan para promover un desarrollo sostenible en el país y contribuir a la lucha global, para que todo el mundo disfrute de los preciosos recursos naturales y los ecosistemas frágiles de Kenia y el planeta en general. Seguir el legado de Maathai en el terreno de la defensa del medioambiente será el mejor homenaje que podamos realizar para el trabajo increíble que llevo a cabo.