Las encuestas y un escándalo con olor a corrupción empañan el Alderdi Eguna del PNV 

El PNV disfruta de un envidiable peso estratégico que le permite que los dos aspirantes a la presidencia del Gobierno de España, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, suspiren por sus seis escaños en Madrid.

A los jeltzales no les tiembla el pulso a la hora de decantarse por el PSOE, ya que los socialistas les apuntalan en el Gobierno Vasco, las tres diputaciones vascas y la mayoría de los ayuntamientos de las principales ciudades de Euskadi.

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, sabe que su votante les castigaría en las elecciones vascas previstas para el próximo verano si deciden apoyar a un Partido Popular dependiente de los designios centralistas y antifueristas de Vox.

Y es por ello que apostarán por el PSOE, que a su vez sigue absteniéndose de conformar mayorías progresistas en Euskadi que podrían posibilitar que EH Bildu desalojase al PNV de la lehendakaritza.

PESIMISMO EN EL ALDERDI EGUNA

Miles de afiliados y simpatizantes del PNV celebran hoy el Alderdi Eguna, hermano pequeño y partidista del Aberri Eguna (Día de la Patria). Hoy los nacionalistas se van de fiesta con poco que celebrar, ya que por primera vez en cuatro décadas se están publicando encuestas que sitúan a otra fuerza (EH Bildu) como primera opción de cara a unas autonómicas.

Este pesimismo está agravado porque esta semana ha salido a la luz que la consejería vasca de Educación adjudicó el 25% de las rutas de Gipuzkoa a Autobuses URPA, que cuenta en el Consejo de Administración con un asesor del propio Gobierno Vasco, Joanes Labayen.

Este brillante abogado del Estado, socio-director de Cuatrecasas en Euskadi, marido de la presidenta del Parlamento Vasco Bakartxo Tejeria e hijo del alcalde donostiarra Ramón Labayen figura en la cúpula de esta empresa adjudicataria con contratos por valor de más de 4 millones de euros.

El propio lehendakari Iñigo Urkullu ha pedido explicaciones después de conocerse que desde la consejería de Jokin Bildarratz, que acusó a las empresas adjudicatarias de las rutas de ejercer un cártel contra el Gobierno Vasco, se pudo beneficiar a la empresa relacionada con Labayen, asesor del Ejecutivo de Euskadi frente a empresas como en la que él mismo ejerce de consejero.

MODELO DE ESTADO

El PNV quiere que se evaporen los nubarrones con olor a corrupción y seguir marcando la agenda estatal. La apuesta de los ‘peneuvistas’ es que Pedro Sánchez proponga un modelo de Estado para los próximos «10 o 20 años».

El peso nacionalista en el Congreso, asegura su presidente Andoni Ortuzar, obliga a conformar «un acuerdo sobre el modelo territorial. No digo que acepte el 100% de nuestras peticiones, pero tiene que abrir ese melón». «Preferimos transparencia desde el inicio a un viacrucis continuo, porque habrá choques. Por eso debe pactar el marco con el nacionalismo catalán, PNV, Bildu, Coalición Canaria y Sumar», asegura el presidente del PNV.

«De Feijóo esperamos poco, usó al nacionalismo con malas artes. Pero esperamos una propuesta del PSOE sobre el modelo de Estado. Si esta división entre dos bloques viene para quedarse, vamos a buscar una cláusula de comodidad», añade. Ortuzar cree que «si los bloques se mantienen —derecha y ultraderecha por un lado, izquierda y nacionalismos por otro— hay que abrir el modelo territorial. A cambio, el nacionalismo debe corresponsabilizarse. Hablo de un pacto Madrid-periferia para poner en su sitio a Vox; el PP tiene que sacudirse a Vox para volver a tener opciones».

Cabe recordar que el tema territorial fue abierto por el propio Urkullu en una carta abierta publicada por El País. El lehendakari, falto de obras según la izquierda abertzale, sugirió «explorar, en este contexto, la figura de la convención constitucional. Un recurso utilizado en la cultura política anglosajona, para cuya aplicación en nuestro caso no habría impedimento expreso. No se trataría de una convención constitucional general, sino de una limitada o específica para actualizar la interpretación acordada de una parte de su contenido».

«Una convención constitucional para pactar una interpretación sobre aquello que la Constitución de 1978 no ha resuelto bien en relación con la cuestión ‘territorial’. No sería una fórmula mágica ni un camino expedito, pero podría abrir nuevas posibilidades de desarrollo futuro», añadió.

La del lehendakari no es la única voz nacionalista que ha pedido que estos partidos se impliquen en la reforma territorial del Estado. El propio Arnaldo Otegi advirtió hace dos años que en España «no es posible la existencia de un Gobierno de ‘progreso’ en el Estado sin el concurso, apoyo o complicidad de las izquierdas independentistas vascas, catalanas, gallegas».

El líder de EH Bildu apostó por «hacer frente en términos estratégicos a las derechas autoritarias exige un bloque histórico plurinacional, democrático y de izquierda que levante y desarrolle un programa político, económico, social y territorial que haga imposible su reversión».

Otegi afirmó que «la respuesta en términos estratégicos a la desdemocratización estructural tiene para la izquierda independentista una doble dirección: la suma de esfuerzos en la defensa de la democratización del Estado por un lado, y la estrategia de construcción de un Estado Soberano para nuestro pueblo como horizonte estratégico más deseable y de mayor garantía para que alcance un escenario democrático pleno en términos nacionales y sociales».

Pablo Iglesias aplaudió entonces «que la izquierda abertzale está dispuesta a debatir y negociar una estrategia de Estado con otras fuerzas políticas con las que tiene diferencias, empezando por el modelo territorial y el derecho a decidir que nunca asumirá el PSOE».

El exvicepresidente afirmó que «la clave no es sólo que fuerzas políticas como Unidas Podemos, ERC y EH Bildu se entiendan (ese entendimiento ya es una realidad en muchos aspectos que tienen que ver con la justicia social y las libertades civiles) sino que sean capaces de asumir, desde sus diferencias, unas líneas estratégicas comunes para invitar al resto de fuerzas del bloque a emprender un camino de reforma democrática del Estado».