Mohamed VI estira la cuerda contra Francia a través de la prensa. El rey de Marruecos lanza nuevos ataques contra el presidente Emmanuel Macron, pero esta vez supera las líneas rojas refiriéndose al presidente de Francia como «hombrecito» o «mujercita» e incluso afirma que es «homosexual», como si de un delito se tratara.
Mohamed VI no utiliza su propia voz para cargar contra Francia y al máximo dirigente de su país, sino que hace uso de su principal medio de propaganda, ‘Le 360‘. Se trata de un diario que idolatra la imagen del monarca marroquí y no duda en vilipendiar a todo aquel que ose mostrar crítica u oposición al régimen. El ataque a Macron no sólo va dirigido contra él, sino que también apunta a su círculo personal. Por primera vez se traspasan todas la ética del periodismo y la información en las tensas relaciones entre Marruecos y Francia.
La nueva escalada en las tensas relaciones entre ambos aliados de España se ha producido tras conocerse el entramado de espionaje a Macron y a parte del Gobierno galo por parte de la dictadura monárquica, aunque el escenario de batalla sea el papel. L’Express dedicó una portada a Mohamed VI por su viaje a París, mientras el país vecino está sumido en las consecuencias del devastador terremoto, el más mortífero de su historia con más de 3.000 muertos y más de 5.400 heridos.
MOHAMED VI Y SU SILENCIO TRAS EL DEVASTADOR TERREMOTO
El rey alauita tardó días en aparecer, un silencio muy criticado mientras decenas de miles de personas viven incomunicadas, sin suministros básicos -ni luz ni agua-, y la ayuda que llega es poca para atender todas las necesidades. Las declaraciones de la prensa se producen, además en plena negativa de Marruecos a aceptar la ayuda de Francia, la guinda de una serie de desplantes del país que busca el control total del Sáhara y Ceuta y Melilla.
No hay límite para la implacabilidad contra el Soberano
Al espionaje a través de Pegasus y el reconocimiento del Sáhara se suman los acercamientos a Argelia y las restricciones a los visados por parte de Francia a los ciudadanos marroquíes y argelinos. Todos ellos, ingredientes de una tensión entre ambos de difícil solución, más cuando el ataque ya traspasa la línea de lo personal, con insinuaciones muy duras, como que su supuesto matrimonio con Brigitte Trogneux es en realidad una tapadera para esconder su condición sexual. Israel asumió la culpa del espionaje, mientras Rabat siempre ha negado que participara en el mismo.
Oficialmente desde Rabat se argumentó el rechazo a determinadas ayudas internacionales para poder controlar los flujos. Francia, por su parte, consideró que debían llegar al destino final, sin pasar directamente por las cuentas del rey Mohamed VI, que exigió canalizar todos los fondos para «evitar que demasiadas manos pudieran tener acceso a las mismas».
FRANCIA OFRECIÓ AYUDA SIN PASAR POR MOHAMED VI
El presidente francés escogió muy bien sus palabras al dirigirse a las «autoridades marroquíes» que lo soliciten, un hecho que generó un profundo molestar en el monarca al saltarse la cadena de mando. «Las autoridades marroquíes saben exactamente lo que se puede entregar, la naturaleza y el momento. En el momento en que se solicite esta ayuda, se implementará y estaremos listos. Ahora, evidentemente corresponde a las autoridades marroquíes decidir basándose en su evaluación sobre el terreno y para que se haga en buen orden», apuntó Macron.
Para Marruecos, esta «falta de coordinación» podría ser literalmente «contraproducente», aunque se ha permitido la entrada de ayuda humanitaria directa, dejando constancia de la debilidad del reino marroquí. España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes han enviado a su personal para colaborar en las tareas, mientras en Francia se mantiene la expectativa.
Para el diario más cercano al rey Mohamed VI, Macron es «hombrecito, mujercita, pero no asume nada». Acto seguido reflexiona sobre quién es realmente Macron. «No solo Macron parece ser un vergonzoso homosexual, sino que tendría una relación extraconyugal, pese a estar casado con Brigitte Macron y ella alberga dudas sobre la orientación sexual».
LA GUERRA MEDIÁTICA ENTRE MARRUECOS Y FRANCIA
Asimismo, los ataques persisten al asegurar que Macron difunde «informaciones falsas» y de dirigir a la prensa para sacar a relucir las vacaciones y el silencio del monarca marroquí en París durante los días más duros de la catástrofe. «No hay límite para la implacabilidad contra el Soberano», asegura el medio afín a la monarquía alauita, que acusa a la prensa de ser «recolectores de basura que no se preocupan por el hedor que desprenden».
Marruecos acusa a Macron de una falta de virilidad política, perjudicial para Francia
En su afán de destruir la imagen pública de Macron, el mismo medio muestra a los «chicos guapos» que han trabajado o posado con Macron, a algunos de ellos les acusa de ser homosexuales e incluso afirma que mantiene un relación con uno de ellos. Todo ello para sentenciar que esta «falta de virilidad política es perjudicial para Francia».
El ataque tiene el visto bueno del palacio real marroquí, toda vez que Mohamed VI controla la gran mayoría de la prensa, al menos la escrita, mientras que los díscolos están perseguidos o cuando no, presos. Una forma de mantener una imagen interna idolatrada y manejada por la élite rica del país. Las críticas desde Francia no se han hecho esperar, pero el diario oficialista ha continuado con la misma línea en un nuevo artículo.
MACRON NO PASA POR EL ARO DE MOHAMED VI
La bronca entre Mohamed VI y Macron podría extenderse en el tiempo, más cuando el rey de Marruecos exige el reconocimiento del Sáhara, tal y como hizo Donald Trump, expresidente de EE UU el año pasado, como también se ha aliado con Israel. España, con Pedro Sánchez a la cabeza, hace oídos sordos a las críticas para seguir la hoja de ruta trazada por Marruecos. La rumorología apunta a información sensible sobre el jefe del Ejecutivo en poder del rey alauita, pero no hay nada ni confirmado ni desmentido oficialmente.
Así las cosas, Mohamed VI utiliza ahora los ataques personales para hundir la imagen pública de un presidente de Francia con tal de no difundir información sobre sus movimientos. Es la diferencia entre la libertad de prensa y el culto al líder.
El propio diario oficialista marroquí lo deja claro: «Estos disparos grupales contra el Soberano no interesan a los marroquíes, que aman a su Rey y están visceralmente apegados a la monarquía». Por otra parte, «tendrán un impacto duradero y perjudicial en las relaciones entre París y Rabat y fortalecerán aún más al Reino en sus opciones estratégicas y en la consolidación de la relación con sus socios que respetan su soberanía», profundiza. Se trata de un nuevo capítulo en las altas tensiones entre Francia y Marruecos y no parece que esta guerra, por ahora mediática, vaya a terminar en breve.