En el corazón de Aequilibrium, el centro de tratamiento y terapia de adicciones y trastornos del comportamiento, que forma parte del Grupo Mentalis, se encuentra una historia de superación y resiliencia. Este espacio de bienestar y equilibrio emocional, atendido por un equipo multidisciplinario de profesionales, incluyendo educadores, médicos, psicólogos y trabajadores sociales, brinda una oportunidad única de recuperación. Pero lo que hace que este testimonio sea realmente especial, es la voz de alguien que ha caminado por el mismo sendero que muchos de sus pacientes.
Pasar de la sombra a la luz
Cuando uno toca fondo, a menudo surge la chispa de la transformación. «Mi historia es un viaje desde las profundidades de la adicción hasta la luz de la recuperación. Mis problemas con las sustancias parecían distantes en el tiempo, pero justo antes de mi ingreso en Aequilibrium, una tormenta de desafíos se desató sobre mí. Fue entonces cuando me di cuenta de que necesitaba un cambio», explica el protagonista de la historia.
La recuperación no es un camino fácil; cada día es una batalla. Aunque los síntomas de la abstinencia y el vacío emocional son duros, lo que realmente le atormentaba eran sus complejos en las relaciones personales y la constante preocupación, por lo que pensaban los demás de él. Siempre lidió con la sensación de que la gente no le aceptaba, incluso desde que era niño.
Sigue contando, «fue mi familia, especialmente mi hermana, quien asumió la tarea de buscar el centro adecuado para mi tratamiento. Les confié plenamente la elección y, finalmente, llegó el momento crucial cuando se sentaron conmigo y me ofrecieron la oportunidad de buscar ayuda. A veces, sabes que tu vida no va bien durante mucho tiempo, pero solo cuando te das cuenta de que ya no puedes más, das el salto. Ese momento en que tu vida se vuelve insostenible, es cuando finalmente aceptas la ayuda que te ofrecen».
El afectado continúa explicando: «desde que ingresé en Aequilibrium, he incorporado el acto de pedir ayuda a mi vida diaria. Lo hacía en terapia de grupo, pero ahora lo practico naturalmente, incluso fuera de las sesiones, para demostrar que no estoy solo en cada lucha. Me siento orgulloso de mi propia transformación, pero también sé que haber recorrido el mismo camino que mis pacientes, facilita mi capacidad para ayudarlos. En Aequilibrium, no solo encontré tratamiento, sino una familia. Entré como paciente, atendido por un personal amable y cercano. Sentirme respaldado y escuchado me brindó la confianza para abrir la puerta a una nueva oportunidad: unirme al equipo como terapeuta. Ahora, sé que estoy haciendo lo correcto y que puedo marcar la diferencia en el viaje de recuperación de otros».
Esta historia es un recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una oportunidad para el cambio. Aequilibrium es un faro de esperanza y recuperación, donde las historias como la suya se convierten en inspiración para aquellos que luchan por encontrar su propio equilibrio.